"El uso es la madre de muchas barrabasadas" (Mario Muchnik)

El empeño de algunos apóstoles del neoespañol en reinventar el idioma se pone de manifiesto cada vez que ponemos la televisión, escuchamos la radio u hojeamos el periódico. Convencidos de haber hecho voto de ignorancia, 'crean' vocablos inexistentes, ignoran la sintaxis  o prescinden del sentido común. La cuestión no radica tanto en el hecho de errar – un riesgo que acecha a todos – como en su reiteración, ya sea por negligencia, escaso aprecio por las normas o mera ignorancia.

Para empezar, ahí está la funesta manía de anteponer 're' a troche y moche a cuantos verbos denoten repetición: "Endesa ha refacturado una media de 0,49 céntimos por cliente; "la Administración del Estado reliquida y distribuye el dinero"; "el concejal visitó las obras que sufrieron aumento de costes por ser reproyectadas". ¿Por qué no 'volver a facturar' o 'proceder a una nueva liquidación', entre otras opciones? El tercer ejemplo, además, presenta problemas de sintaxis (mal uso de la voz  pasiva así como del tiempo verbal), pues no está claro si el concejal en cuestión visitó sólo las obras que sufrieron aumento de costes, o las visitó todas, o bien  las obras en cuestión sufrieron aumento de costes porque hubo que rehacer el proyecto original, lo que el 'escribidor' de turno entiende por reproyectar. O esta otra noticia: "Se van a realizar estudios para proceder al reajuste y redimensionamiento de la red de autobuses urbanos". Tomando como punto de partida 'dimensión' y 'dimensionar', el caletre del redactor imagina redimensionar y su espurio redimensionamiento, a cual más chirriante.

Otro punto conflictivo es el uso arbitrario de algunas preposiciones, como sucede con 'a', que debe emplearse ante un complemento directo de persona, animal o cosa personificada (temo a la muerte), o bien cuando se trata de poner de relieve el componente humano de la acción (salvó a la ciudad), pero nunca en  "salvar a muchos puestos de trabajo", "respetar a todas las creencias", "apoyar a la industrialización del sector" o "inmovilizar a todos los vehículos mal aparcados", ejemplos de incorrección que deberían recordar la diferencia existente con el complemento indirecto – la persona, animal o cosa que reciben el provecho o el daño de la acción verbal  – que sí lleva preposición: le dio comida a su perro.

Un ejemplo más del uso incorrecto de las preposiciones: ‘en', que no debe usarse para introducir ciertos complementos temporales: "Volvemos en cinco minutos", en lugar de "Volvemos dentro de cinco minutos", toda vez que 'en' expresa el tiempo invertido en la acción – "Lo haré en diez minutos"-, mientras que 'dentro de' anuncia un hecho que se producirá en el futuro: "Regresaré dentro de una semana". Los más optimistas atribuyen el malentendido a la influencia del inglés – que, dicho sea de paso, distingue entre in y within -, incluso del francés, que establece claramente la diferencia entre en y dans. En todo caso, nos sentiríamos aliviados si ello fuese consecuencia de semejantes sutilezas lingüísticas.

Hay también quienes se sienten obligados a ser originales, aun a trueque de generar  auténticos dislates: "El jugador del X asiste al parto de su primer hijo junto a su  mujer"; "Durante el entrenamiento pudimos observar al jugador Z renqueante de un hombro". O este otro, paradigma del lenguaje preciosista: "La lluvia hizo acto de presencia", expresión que creíamos reservada a las personas y que recuerda una escena de Las preciosas ridículas: "Señor, no seais inexorable con ese sillón que os tiende amorosamente sus brazos". Abundan, por lo demás,  ejemplos jocosos en las noticias de cada día: "La periodista aseguró ante el juez que desconocía que ignoraba lo que iban a hacer las personas a las que acompañaba", o este otro, en el que un entrenador de fútbol afirmaba: "No podemos tildar (¿de qué, se preguntará el lector?) a los mediocentros defensivos", o aquel que, al informar acerca de un festival celebrado en Baeza, con participación de gays y transexuales, insistía en la "identidad de género" (¿masculino, femenino, neutro, ambiguo, epiceno o indiferente?, se preguntarán algunos. La LOGSE, como vemos, va dando sus frutos…