Aludía, en mi artículo anterior, a palabras y expresiones que, procedentes de otras lenguas, se introducen de matute en la nuestra, "suplantando, ya sea por mera ignorancia o por pedantería a sus 'legítimos' propietarios". Hoy, prosiguiendo un recorrido, que se iniciaba con el francés, haremos una primera incursión a través del inglés, 'heredero' de un idioma – el esperanto – creado por el médico ruso Zamenhof a finales del siglo XIX, con el fin de que pudiese servir como lengua universal una función que siglos atrás ejerciera el latín .

Observamos a diario que infinidad de palabras y locuciones, mal entendidas y peor traducidas, se cuelan solapadamente en el habla cotidiana, del mismo modo que la moneda falsa circula al amparo de la verdadera. A este marasmo vienen a sumarse los llamados 'falsos amigos', palabras de traducción engañosa cuya aparente similitud gráfica o fonética con otras lenguas los convierte en trampas para incautos y eruditos de pacotilla. En términos generales, puede afirmarse que la suplantación sistemática de cualquier vocablo por su 'recambio' foráneo conduce, inexorablemente, a su eliminación y, por ende, a un empobrecimiento paulatino del léxico. Este fenómeno, del que nos ocuparemos en otro momento, es fácilmente detectable en la mayoría de los  adolescentes, víctimas indefensas de  individuos irresponsables, zafios y, lo que es aún peor, incompetentes, que manejan armas poderosísimas – radio, televisión – con una maléfica capacidad de seducción.

Volviendo al tema de hoy, cuando nos referimos, por ejemplo, a una persona de elevada posición social o profesional, recurrimos a 'de alto standing'; 'camelo', 'fiasco' es bluff; ''operador financiero', 'corredor de bolsa' o 'intermediario sin riesgo' es broker; llamamos catering a un servicio de comidas por encargo, o clergyman al alzacuellos de algunos clérigos. Mención aparte merece crash – que no debe confundirse con crack, aunque algún manual de estilo yerre al equipararlos – y que se aplica al desplome de la bolsa o de las cotizaciones del mercado financiero: "The great crash on Wall Street in 1929 ruined international trade". En cambio, crack – droga derivada de la cocaína – es una opción perfectamente válida, la excepción que confirma la  regla, siempre que se escriba en cursiva y se explique su significado

La competencia desleal, con precios por debajo del coste de producción es dumping; cuando queremos decir que congeniamos (o no) con otra persona, recurrimos al híbrido "tener feeling " ("no hay feeling entre nosotros");  gadget es 'un adminículo', un objeto de consumo corriente y de valor efímero, en tanto el hartazgo de glamour que nos invade, debe traducirse por 'encanto' tal como comentaba en mi artículo anterior con respecto a charme, su traducción en francés.

¿Y qué decir de los `falsos amigos', tan propicios a poner en evidencia a quienes se aventuran a utilizarlos sin consulta previa? He aquí unos cuantos ejemplos: copy debe traducirse  por 'ejemplar', y no 'copia', por lo que no se debe hablar de X miles de 'copias', sino de 'ejemplares'. En cuanto a la moda – sanísima, por lo demás – de hacer ejercicio físico por calles y parques de nuestras ciudades, es habitual oír que "Fulano hace footing los fines de semana". Nada más improbable, ya que footing no incluye, entre sus varias acepciones, ninguna que haga referencia a la práctica deportiva que, en su versión inglesa sería jog / go jogging, aunque, por supuesto, la opción natural es  'salir a correr' o 'hace ejercicio' para mantenerse en forma.

El vocabulario médico es, asimismo, terreno resbaladizo. Un buen ejemplo es la traducción un tanto ambigua – aunque admitida en el DRAE, lo que no significa que sea la mejor opción -, de los adjetivos serious, que quiere decir 'grave', para referirse a enfermedades o heridas, y severe, 'grave', 'serio': heridas, depresión económica, etc., aunque hay más 'falsos amigos': elaborate (complejo); occurrence (existencia, aparición); plague (peste bubónica); comprehensive (amplio; exhaustivo); remove (quitar) –  "Fulano ha sido ¡removido! de su puesto"; o este ejemplo humorístico de situaciones embarazosas, recogido en la famosa anécdota: "I am constipated", o en la versión francesa: "Je suis constipé", y cuya resolución dejo en manos del amable lector.