Las nuevas tecnologías son una auténtica realidad que el sector agrario no puede desaprovechar. Es importante para la evolución del medio rural, dentro de un mundo globalizado, que la conectividad sea total. La irrupción de Internet, de los teléfonos “inteligentes” y de numerosos instrumentos que nos hacen la vida cada vez más fácil, es un paso más en el lógico crecimiento de las personas. Y el campo no puede obviar que la tecnología ha llegado para quedarse. De ahí que podamos comprobar que, aunque la incidencia de las nuevas tecnologías entre los agricultores y ganaderos todavía está imberbe, cada vez es más cierto que hay una mayor conectividad del campo.
Tractores tecnológicos, riego inteligente, aplicaciones para gestionar las aplicaciones, biotecnología. Cada día es más normal que los agricultores asuman estos y otros conceptos y, lo más importante, los pongan en práctica en su quehacer diario. Cierto es que todavía existe un déficit en la incorporación de la tecnología en el medio rural, pero esto es así también por sectores, como ocurre en la vida. Por ejemplo, los productores de frutas y hortalizas están más familiarizados con las nuevas tecnologías que otros sectores. También en el caso de los olivareros, en especial los regantes, se van imponiendo aplicaciones que hacen más efectivo el cultivo.
En el campo de la tecnología, UPA ha sido pionera al poner a disposición de todos los agricultores una aplicación para mejorar el rendimiento de las explotaciones. Se trata de una aplicación gratuita de móvil que permite guiar mediante GPS a los tractores en sus labores de fumigación y así realizar las pasadas justas sobre el terreno. De esta manera, el tractorista dispone de información precisa sobre la zona que ya ha fumigado con herbicidas, fertilizantes o fitosanitarios y evitar solaparlas o dejar terreno sin pasar.
Los agricultores han sido conscientes, desde hace tiempo, de la necesidad de modernizar las explotaciones y las cooperativas. Y en esa línea se ha ido invirtiendo cada vez más dinero en las nuevas tecnologías. De hecho, las comunidades de regantes disponen ya de sistemas de riego inteligente que permiten optimizar los recursos. Las sociedades cooperativas cuentan con la última tecnología para obtener los productos de máxima calidad que, por desgracia, no están bien pagados en origen.
Pero todavía hace falta una mayor incorporación de las tecnologías. De ahí que desde UPA apostemos por la biotecnología, tal y como está recogido en el Estatuto de Autonomía de Andalucía, porque la consideramos una potente herramienta porque permite solucionar viejos problemas de nuestra agricultura de una forma más sostenible económicamente y más respetuosa con el medio ambiente, además de poder producir cultivos con fines farmacéuticos y energéticos. En cultivos como el algodón y la remolacha azucarera en Andalucía tendrían más de un 90% de adopción por parte de los agricultores. En un mercado global y liberalizado, la biotecnología permitiría a nuestros agricultores tener la libertad de adoptar esa tecnología para sus cultivos y poder competir con las mismas herramientas que tienen otros productores mundiales.
En líneas generales, la utilización de las nuevas tecnologías permiten optimizar los recursos y, por lo tanto, reducir los costes de producción. De ahí que sea importante potenciar su uso por los agricultores.
Agustín Rodríguez
Secretario general de UPA Andalucía