A lo largo de las seis últimas décadas el mercado laboral, las empresas y la formación han cambiado a un ritmo vertiginoso, casi inasumible para algunos, que ha obligado y obliga a una actualización, adaptación y reinvención casi constantes. La Escuela de Organización Industrial (EOI), que celebra este año su 60 aniversario, ha contribuido decididamente a este proceso, mejorando las competencias de los directivos de este país y reforzando, así, su papel como escuela de negocios pionera en España y una de las primeras abiertas en Europa.

Decía Heráclito que “Ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos”. Pues algo así sucede con la realidad laboral del siglo XXI. Las tecnologías han revolucionado todo lo que conocíamos hasta tal punto que las formas de comunicarnos, entre las personas y entre las empresas y sus clientes, no se parecen en nada a las que existían hace años. Por todo ello, recientemente han surgido y se han asentado nuevos perfiles profesionales que ahora resultan esenciales para la gestión de las empresas.

Fernando-BayónUn claro ejemplo de ello es el ámbito del Big Data, un nuevo paradigma en la relación de las empresas con sus clientes, más directo y personalizado. EOI ha apostado por este sector, con el impulso de varios másteres y programas formativos centrados en la gestión del Big Data, que ya son un referente en el ámbito de la formación superior. Por otro lado, orientar la empresa alrededor de la Experiencia del Cliente o Customer Experience es otro de los nuevos ejes formativos de la Escuela, y por ello requiere de planes de formación especializados en esta disciplina.

En paralelo a esta nueva oferta formativa, en la Escuela de Organización Industrial se han adaptado sus programas insignia y más tradicionales, como sus MBA, a estas nuevas realidades. Pero toda esta evolución en los contenidos no tendría sentido si no fuera de la mano de los nuevos formatos educativos surgidos de la mano de las nuevas tecnologías. Estamos hablando del mobile learning y del esfuerzo realizado por EOI en los últimos años para conformar un ecosistema de aprendizaje donde los alumnos desarrollan habilidades fundamentales para el profesional del futuro, como son la gestión de su identidad digital en las redes sociales y el trabajo colaborativo en tiempo real a través de sistemas en la nube.

En este sentido, también hay que destacar el impulso que, desde EOI, se ha dado a los nuevos formatos, desarrollando la implantación de cursos MOOC. Por un lado, en consonancia con Google y Red.es en el ámbito del desarrollo de competencias digitales propias de la economía digital, a través de la plataforma Actívate, y que ya cuenta con más de 100.000 alumnos matriculados. Y por otro lado, EOI también desarrolla junto con el Ayuntamiento de Málaga y gracias a la cofinanciación de fondos FEDER europeos, 8 cursos MOOC que buscan favorecer la implantación y el desarrollo de iniciativas de I+D+i en el tejido empresarial local.

Queda claro, por tanto, que el escenario empresarial y laboral en el que nos movemos ha cambiado y sin posibilidad de retorno. Por eso, no queda otra que adaptarse… o quedarse atrás. Es decir, desarrollar una nueva visión y con ello una nueva mentalidad. Es aquí donde la figura del coach emerge como una herramienta en auge y necesaria, para comprender el mundo en el que nos movemos y qué se exige de nosotros, razón por la cual EOI también está a la cabeza en el impulso y la formación en coaching con varios programas específicos.

Pero si hablamos de nuevas competencias y perfiles que se buscan y exigen, no podemos olvidar la capacidad de esfuerzo, trabajo en equipo y sacrificio. Estos factores, si bien no son nuevos, ayudan a conformar esa nueva actitud o mentalidad necesaria para asumir riesgos y gestionar la incertidumbre que genera la actual rapidez de los cambios.

Dicho de otra manera, hoy día todo trabajador, desde la gerencia de una empresa hasta los niveles inferiores, debe ser capaz de convivir con la incertidumbre y asumir riesgos, de desarrollar una actitud emprendedora. Pero para eso es necesaria (siempre lo ha sido) la voluntad, querer adaptarse y subirse al carro del cambio porque, como dijo Albert Einstein, “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica: la voluntad”. Algo a lo que añado otras palabras de Robert Kennedy, diciendo que “únicamente aquellos que se atreven a tener grandes fracasos, terminarán consiguiendo grandes éxitos”.

 

Fernando Bayón Mariné

Director general de Escuela de Organización Industrial (EOI)