Dentro del proceso de definición de la estrategia de inversión para 2016, UBS acaba de actualizar sus perspectivas económicas, extendiendo el horizonte de previsión al año 2017. La conclusión principal es que prevemos que continúe el ciclo económico y financiero, con un crecimiento del PIB mundial similar al de los últimos años, caracterizado por su mediocridad y heterogeneidad pero a la vez por la ausencia de presiones inflacionistas y por unas políticas monetarias expansivas.

UBSPrevemos una leve aceleración en Europa y EE. UU. y una ralentización gradual de la economía china. El factor que marca la diferencia entre unos países y otros es el grado de avance en el proceso de desendeudamiento de los sectores privados y de digestión de los desequilibrios macroeconómicos.

EE. UU. ya hizo sus deberes y ha logrado progresar hasta una fase ya madura y consolidada del ciclo, con un crecimiento previsto del 2,8% en 2016 (tras el 2,5% de este año) para frenarse de nuevo al 2,5% en 2017. Cerca ya del pleno empleo, se fraguan presiones salariales que han llevado a la Fed a arrancar las subidas de tipos en diciembre un 0,25%.

La Zona Euro también se va desapalancando, la política fiscal es menos restrictiva, la divisa es más competitiva y mejoran las condiciones monetarias y crediticias. El crecimiento podría pasar del 1,5% este año al 1,8% en los dos siguientes, en los que Alemania y España (prevemos aquí un 2,7% y 2,3% tras el 3,2% de 2015) se frenan progresivamente, pero Francia e Italia cogen velocidad. Respecto al BCE, no sólo no esperamos que suba hasta 2018, sino que se dispone a extender algunos meses su programa de compras e incluso a reducir su tipo de depósito.

China prosigue su desaceleración gradual y ordenada, en la que esperamos que el PIB real avance un 6,2% en 2016 y un 5,8% en 2017, si bien con una contribución de casi medio punto de su sector exterior y una digestión de su burbuja inmobiliaria que se prolongará todo el año próximo.

La sorpresa positiva sigue estando en India, que ha corregido buena parte de sus desequilibrios macroeconómicos -lo que permite a su banco central bajar tipos y abrir la espita del crédito- y cuenta con el impulso de sus tímidas reformas estructurales. Con ello, el PIB podría pasar de crecer un 7,1% este año al 7,6% en 2016 y 7,8% en 2017. Entre las grandes economías, las más problemáticas seguirán siendo Brasil y Rusia, que tras ver contraer su PIB real cerca del 3% este año, prolongarán la caída en 2016 para recuperarse muy débilmente después.

Los factores de riesgo (un “aterrizaje brusco” de China, una Fed muy agresiva, un petróleo mucho más caro, un conflicto geopolítico grave, un Brexit o políticas radicales en Europa o EE. UU.) parecen bastante contenidos. Y la propia asincronía del ciclo global reduce el riesgo de una recesión en los próximos años, si bien es una receta segura para continuar instalados en un crecimiento mediocre.

 

Roberto Scholtes Ruiz

Head Investment Office Spain