Con la entrada en vigor de la Ley Concursal en septiembre de 2004, asistimos en España a un cambio radical en el campo de la gestión de las insolvencia, así, vimos cómo se creaban nuevos juzgados, los llamados Mercantiles, y se fue dando forma a una nueva figura, que pasaba a encargarse de la gestión del procedimiento: el administrador concursal, formado por un abogado, un auditor de cuentas, un economista o titulado mercantil y un representante de los acreedores. Por otro lado, se establecía que en los concursos de reducida dimensión, el administrador concursal era unipersonal.

foto castellsA partir de este momento y hasta la actualidad, la perspectiva económica dentro del procedimiento concursal adquiere un papel especialmente relevante, representada a través de un economista, auditor de cuentas o titulado mercantil que, entre otras funciones, se encarga de la liquidación de impuestos, análisis económico de la sociedad, o formulación de cuentas anuales, así como interviene en la toma de las decisiones más importantes del concurso, que pasan desde la viabilidad de la empresa hasta las posibilidades reales de salvar a la misma.

Además, cuando el concurso se presenta en plazo, el administrador concursal economista puede ejercer una de las funciones principales: coadyuvar a los agentes del procedimiento para lograr salvar la empresa y la mayor cantidad de puestos de trabajo.

El administrador concursal economista, como experto en situaciones de reestructuración de empresas, es también quien puede negociar, en su caso, el ERE de la compañía, así como valorar con capacidad crítica el convenio propuesto y servir de mediador para alcanzar acuerdos que previamente no se han podido suscribir. Pero para que dicha función sea posible, es preciso que la empresa llegue al concurso en condiciones de poder acometer dichas reformas.

La especialización de estos administradores economistas es también una clara ventaja en el conjunto del proceso, ya que las entidades financieras designan como interlocutores a agentes habituados a gestionar dichos procedimientos (normalmente integrantes de los departamentos de concursal o recuperaciones) y los sindicatos designan también a interlocutores que conocen la situación crítica de la empresa. Por este motivo y gracias a esta figura, es más fácil alcanzar acuerdos ya que la situación de concurso ha dejado de ser una opción y ha pasado a ser una realidad, donde el escenario alternativo es la liquidación.

Por ello, es imprescindible el papel que ocupa el experto en economía dentro del procedimiento concursal, especialmente cuando se trata de concursos declarados a tiempo, pues el administrador logrará cumplir con un objetivo primordial: evitar la destrucción de la industria y servicios que realizan actividades económicamente viables.

 

Jordi Castells

Economista y socio de Insolnet Soluciones Concursales