Con el objetivo de lograr unos mejores márgenes comerciales y aumentar la competitividad de sus productos, multitud de firmas desplazaron sus plantas de fabricación a países asiáticos. Este movimiento, en el corto plazo, les benefició, encontrando el deseado recorte de costes de producción, pero en el largo, ha llevado aparejado un proceso de “desindustrialización” muy negativo para las economías occidentales.

Uno de los principales factores es la disminución del conocimiento de la tecnología de fabricación, el saber fabricar productos con calidad en el país de origen, que ha ido menguando a la vez que la capacidad de innovación del proceso fabril. Esto, además se complica con la aparición de competidores donde antes había proveedores, como le ha ocurrido a más de una empresa en su proceso de deslocalización de su producción.

Ante esta situación, los países occidentales han comenzado, desde hace ya algunos años, programas para facilitar la vuelta de estas capacidades mediante incentivos a la fabricación nacional y estimulando la innovación local mediante la introducción de nuevas tecnologías, que aumenten la productividad del tejido industrial de sus territorios.

entrevista borrero9Por otra parte, la aparición de nuevas tecnologías asociadas a los procesos productivos y al producto, van formando parte del “know-how” del arte de la fabricación, lo que lo lleva a convertirse en un factor clave de las empresas fabricantes. Al contrario, delegar en terceros estos procesos genera un descenso de la competitividad a futuro, y en algunos casos, hasta la desaparición de la actividad en el país de origen.

En este sentido, en 2011, Alemania se tomó este asunto muy en serio e inició un programa que denominó “Future Project Industrie 4.0” para reindustrializar más si cabe en este país, su economía, buscando el desarrollo innovador de sus empresas, mediante la aplicación de fondos para la estrategia de alta tecnología. Francia reaccionó en 2013 con el programa “La Nouvelle France Industrielle”, mediante 34 iniciativas para recobrar el camino perdido.

España también se ha sumado a este tipo de programas, aunque más recientemente, lanzando iniciativas y programas que pretenden concienciar a todas las empresas de producción de bienes, para que introduzcan en sus procesos las necesarias tecnologías habilitantes con el fin de aumentar la eficiencia. Recordemos que nuestro país está situado en la posición número 16 mundial y somos el quinto estado de la UE, en cuanto a valor añadido industrial se refiere. El programa en España se ha denominado “Industria Conectada 4.0”.

Industria Conectada 4.0: ¿Nueva revolución industrial?

Nuestro Ministerio de Industria, a través de la Secretaría General de Industria y de la PYME, ha lanzado el programa “Industria Conectada 4.0”. Se trata de un importante esfuerzo para posicionar a España en vanguardia en la utilización de nuevas técnicas y tecnologías que nos permitan ser mucho más competitivos y no perder el tren de la denominada “4ª Revolución Industrial”.

Lo nuevo de esta revolución se encuentra en el uso intensivo de los “Sistemas ciber-físicos”, la introducción del concepto “Smart”, tanto en los procesos productivos como en los productos, la aplicación intensiva del “Internet de las Cosas” (IoT), el uso de la “Hiperconectividad” en los procesos, conectando personas y objetos, y el análisis de todas las variables de los procesos y del producto mediante el “Big Data”.

Si la 3ª revolución se caracterizó por la automatización de los procesos, gracias a la electrónica y las tecnologías de la información, la 4ª nos hace profundizar mucho más en las tecnologías de la información debido principalmente a la aparición de Internet. La “Red de Redes” está presente ya en todos los ámbitos de nuestra actividad humana, pero el fenómeno más impactante es que está siendo ya más utilizada por los objetos, como máquinas, sistemas o productos, que por el propio ser humano. Y esto viene ocurriendo desde hace ya tres años, encontrándonos con un crecimiento geométrico de este uso de Internet por parte de las “cosas” que están copando vastos espacios de Internet, mediante el continuo flujo de datos entre ellas, siendo el factor de mayor crecimiento actualmente.

La evolución “Smart”

La aparición del concepto “Smart” en el mundo de las telecomunicaciones, que se ha aplicado a los teléfonos, los “Smartphones”, está poniendo al alcance de los ciudadanos y de las empresas toda la potencia de la Sociedad del Conocimiento, permitiendo acceder desde cualquier punto a una ingente cantidad de información, asi como a estar perfectamente comunicado de forma continua, lo que está cambiando nuestro estilo de vida en gran medida.

Este concepto se viene aplicando a ciudades desde hace más de diez años, dando origen a las denominadas “Smart Cities”, y ahora está llegando con fuerza al sector industrial, aplicándose tanto a los procesos como a productos y servicios. De una forma paralela a lo que ocurre con la funcionalidad de los servicios en las ciudades, son éstos los grandes beneficiarios de lo “Smart” en el etorno industriles, incorporándose a las fábricas, a la logística, los edificios, la movilidad; en definitiva, a toda la cadena de valor de las industrias.

Hibridación del mundo físico y el digital

El concepto Smart provoca de facto una hibridación entre el mundo físico, en el que nos desenvolvemos, y el virtual o digital, generado por los sistemas de información. Pero, además, hay que añadir otros habilitadores específicos que en la industria facilitan la hibridación entre sistemas reales y el mundo digital; se trata de la “Impresión 3D”, la “Robótica Avanzada” y la “Sensorización y Sistemas Embebidos”.

La implantación de la robotización en las fábricas es un hecho y constituye uno de los pilares de la industria conectada, dado que éstos hacen uso intensivo del IoT que se caracteriza por la creciente “Sensorización” e introducción de medios de conectividad entre los elementos, que son procesados por los “Sistemas Embebidos” que se encuentran en cada elemento de la cadena productiva. A su vez, esto constituye una fuente de generación de millones de datos, que bien analizados, son de tremenda utilidad para el perfeccionamiento de los procesos y de los elementos fabricantes, gracias a las tecnologías de “Big Data”, que son capaces de procesar esta ingente cantidad de datos.

El uso de la visión artificial, muy introducido en los procesos de fabricación y, en especial, en el sector agroalimentario, para la selección o inspección de productos, es un aspecto a destacar de la industria. También aplica el concepto de la “Augmented Factory”, que está siendo usado por las empresas, y que permite el entrenamiento y el asesoramiento en los mantenimientos de instalaciones complejas, como se trata de las fábricas.

Destaca sobre las innovaciones en la Industria 4.0 la “Impresión 3D”, que permite la fabricación de piezas de manera muy flexible y adaptada a requerimientos particulares. Esto se emplea tanto para elementos de utillería de los procesos productivos como para el producto final. La impresión 3D jugará un papel fundamental en el mantenimiento de los productos.

Un aspecto muy relevante, que gracias a la tecnología ya es posible, es la individualización masiva por la que un producto se adapta a los requisitos particulares de un cliente. Para ello, la “Fabricación Flexible” debe incorporarse dentro de la Factoría así como la comunicación abierta con el cliente a través de los portales de nuestra empresa.

La gestión del ciclo de vida del producto en la Industria 4.0

La Industria 4.0 pone especialmente el foco en el producto fabricado. Para ello, dota a los productos de sensores y de inteligencia, lo que permite que los productos puedan informar de su estado, de su desgaste o del uso al que se someten, incluso informando de un potencial sobre estrés al que se hayan visto sometidos. Esto cambia radicalmente la gestión del mantenimiento de las instalaciones donde se ubiquen, porque son los productos quienes avisan directamente de la necesidad de mantenimiento o de sustitución.

Conclusión

Aun pareciendo un concepto novedoso, ya en Andalucía contamos con buenos ejemplos de industrias conectadas. Un caso paradigmático es el sector aeroespacial, en el que destacan empresas que ya lo han adoptado y que son líderes en el uso de estas tecnologías en Europa, existiendo especialistas de primer orden.

¿Se trata de una excepción? Probablemente lo sea, pero lo que importa es que algunas de nuestras industrias ya están en este proceso y, de lo que se trata, es que el resto se suban a la mayor celeridad al tren de esta revolución y podamos captarla en su mayor extensión. Si en el terreno de las Smartcities somos una referencia internacional, lo que hace que muchos países miren a nuestras ciudades como ejemplos a seguir, por qué no serlo en la Industria fabril más importante de nuestra región, la agroalimentaria.

La industria, como las ciudades o el agro, está abocada a una profunda transformación digital que afectará a todos sus sectores y a todas sus empresas; todas ellas sin excepción, tienen la necesidad de adoptar los modelos digitales. Y esto no es una opción más, es una necesidad urgente que asumir, en la que nos jugamos muchos puestos de trabajo y el futuro bienestar de nuestra sociedad.

 

Adolfo Borrero Villalón

Presidente de la Alianza Inercia y de las Comisiones de Smartcities de CEOE y de AMETIC