La industria 4.0 es un concepto reciente, pero de gran calado en el sector, ya que está relacionado directamente con la posible cuarta revolución industrial. Una advertencia: es un término de moda como Smart Cities o Internet de las Cosas, y por ello hay que ser cautos y no dejarse llevar por los grandes números (la clásica curva de expectación que usa la consultora Gartner).
Sin embargo, es muy probable que estemos ante una oportunidad de esas que pasan una vez en la vida. Todos los actores debemos estar muy atentos a la transformación que se avecina y saber aprovechar el cambio. Dado que este sector demanda una gran madurez en la tecnología, es de esperar que se trabaje desde el primer día con propuestas reales, teniendo los pies en la tierra. Eso es crucial, los números tienen que salir.
En la industria 4.0 los datos juegan un papel clave como nunca antes habíamos visto. Se trata de interconectar los elementos que intervienen en una industria entre sí y con sistemas informáticos, creando lo que se llama un “sistema ciber-físico”. En estos sistemas, los datos fluyen entre el mundo real y el virtual, compartiendo espacio con el ser humano. No se trata de crear un “Gran Hermano” que audite o fiscalice cada actividad, se trata de aumentar la productividad, minimizar los accidentes laborales… en definitiva: hacer mejor las cosas.
Los datos tienen además una ventaja, y es que nos permiten analizarlos desde múltiples puntos de vista. Un ejemplo: una industria que capture datos acerca de la temperatura de sus procesos para control de calidad, podría relacionarlos con la previsión meteorológica y de entregas para decidir un calendario de actuación y ahorrar en refrigeración.
No nos engañemos, esto en sí no es nada nuevo. La diferencia que aporta la Industria 4.0 y de donde emana su poder disruptivo es la interconexión total de los datos. Esto otorga la capacidad de relacionar datos de cualquier parte de nuestra industria y del resto del mundo, y con estas relaciones podremos tomar decisiones, evitar accidentes, aprender y muchas más ventajas que aún no somos capaces de imaginar.
Ante algo tan impactante, la prudencia es buena compañera. La seguridad es ahora algo que contemplar más allá de una cerradura o un sistema de video vigilancia. Los datos se convierten rápidamente en información y debemos protegerla. Por otro lado, necesitamos relacionarlos y aplicar algoritmos para extraer el valor, por lo que deben estar accesibles para su explotación. Esto requiere que los sistemas de información tomen un nuevo papel en la industria, aumentando su presencia y especialización.
Es una oportunidad inmensa para el sector de las TIC, y en España podemos aprovecharla para crear un tejido productivo sin precedentes, incluso viniendo de una situación en la que no nos podemos comparar con países como Alemania. Muestra del interés de los empresarios por avanzar en esta nueva era es la próxima creación en ETICOM, Asociación Clúster de la Economía Digital en Andalucía, de un Think Tank acerca de Industria 4.0. A nivel nacional destaca la creación de una Comisión de Industria 4.0 a cargo de Ametic, Asociación de Empresas TIC de España.
Pero volviendo al punto clave de la Industria 4.0, la interconexión de datos, surge una terrible duda: en un mundo en el que cada fabricante tiene su propio lenguaje, ¿cómo podemos decir que los datos se comparten entre todos los dispositivos de una industria? Ahora mismo parece una utopía, pero con voluntad y una guía adecuada por parte de los grupos de estandarización e interoperabilidad, todos nos daremos cuenta de que es mejor hablar un lenguaje común y afrontar esta nueva ola de negocios con una mentalidad abierta y cooperativa.
María Gil
Directora Ejecutiva de Adevice Solutions