Dice un proverbio holandés que cuando soplan los vientos de la tempestad, unos corren a refugiarse y otros construyen molinos. El entorno empresarial es un contexto inestable de continuo cambio que, además, con la revolución digital, se ha acelerado de manera insospechada. De nada sirve intentar refugiarse en lo que consideramos la seguridad de nuestro negocio de siempre, porque ya nada es para siempre. Es necesario afrontar con valentía el contexto inestable como un entorno de oportunidad que puede depararnos grandes ventajas, pero para poder aprovechar la energía del nuevo viento que sopla tenemos que estar dispuestos y preparados para construir el molino.

La mejor herramienta para que la empresa pueda adaptarse con garantías de éxito a ese entorno cambiante es, sin duda, la innovación. Innovación tecnológica, de producto, en los procesos, en la gestión, en la comercialización… pero siempre innovación, que es la vía para diferenciarnos, para encontrar una nueva solución que ofrecer al mercado frente a nuestros competidores de manera que se siga eligiendo nuestro producto o servicio frente a otros.

Elias Atienza1Porque, como apunta el tecnólogo de Silicon Valley Guy Kawasaki, “al final, o eres diferente, o eres barato”. Hay que elegir. En el contexto de un mercado globalizado, hay que decidir si apostamos por una economía basada en precio, y por tanto en mano de obra barata, o bien en calidad y diferenciación, lo que permite un empleo estable y mejor remunerado y generar más riqueza para garantizar bienestar.

Eso sí, la apuesta por la innovación debe ser un compromiso estable a medio y largo plazo. De poco sirve innovar de manera desordenada o improvisada o tirar la toalla si los resultados del primer proyecto no se transforman en un significativo incremento en la cuenta de resultados del año siguiente. Es fundamental abordar la innovación como un proceso estable, incorporado a la estrategia de la empresa y orientado a los objetivos generales del negocio, siendo conscientes de que los beneficios de esta apuesta se perciben a medio plazo, pero sin duda marcan la diferencia.

Desde Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA), hemos visto cómo las empresas que han apostado por la innovación de manera estructurada y a largo plazo han sorteado mejor los envites de la crisis económica y, muchas de ellas, han cosechado éxitos por encima de las expectativas.

Las empresas deben vencer sus barreras internas y aprovechar el favorable contexto para la innovación. Existen grandes oportunidades de financiación de la innovación a través de programas regionales, nacionales y europeos (especialmente H2020, pero también otros programas) y empieza a desarrollarse en España, impulsada desde Europa, la Compra Pública de Innovación como una nueva herramienta de estímulo de la I+D+i en la que las administraciones están crecientemente interesadas y que supondrá el destino de una importante cantidad de fondos de contratación pública hacia la innovación.

En el reparto del gasto en innovación en España y Andalucía todavía es demasiado elevado el peso público, mientras que la recomendación desde Bruselas es que al menos dos tercios correspondan al sector privado y sólo el tercio restante sea público. Desde las Administraciones existe la gran responsabilidad de estimular, apoyar y facilitar la innovación empresarial, pero el testigo debe ser recogido por el tejido productivo que, como decía antes, no puede acomodarse en su actividad de siempre, sino que debe poner los medios para que, cuando llegue la tempestad, estemos más que preparados para construir los molinos.

 

Elías Atienza Alonso

Director general de Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)