Los cambios disruptivos pueden servir como un poderoso motor para la innovación, la inspiración y la eficiencia. Puede ser inquietante para las organizaciones, para su posición de liderazgo y las personas afectadas por estos cambios. Pero esta filosofía transformadora se está extendiendo cada vez más en todo el sector público, ayudando a las organizaciones a ser más eficaces y ágiles, consiguiendo abrazar la innovación disruptiva dentro de sus estrategias de operación.

Leopoldo%20AznarezLa innovación en tecnología, el crowdsourcing, las tecnologías portátiles y la llegada de las tecnologías “exponenciales” son sólo algunos de los avances de vanguardia que pueden cambiar la forma de gobernar.

Todos estos avances han transformado profundamente nuestra sociedad, conformando un nuevo panorama en el que los ciudadanos han adquirido nuevos hábitos y expectativas en la utilización de los servicios digitales, en su ocio, en su relación con las empresas y también con las Administraciones Públicas.

Es absolutamente necesario que la Administración interiorice estos nuevos avances y asuma el cambio que estos introducen en su operativa. La Administración ha de iniciar un proceso significativo de innovación interno que le permita, por un lado, capitalizar todo el conocimiento de su organización y sus empleados públicos y, por otro, que le permita adaptarse de manera más ágil y eficaz a los cambios que los ciudadanos y empresas le están demandando. ¿Pero por qué es diferente ahora? Las fronteras tradicionales de acceso y de disponibilidad de la tecnología están cayendo, y las barreras culturales y estructurales que han limitado la innovación en el sector público están empezando a retroceder. Un caso en concreto como puede ser la regulación del crowdsourcing, el compromiso digital y la participación social están plantando semillas, algunos incluso echando raíces dentro del sector público.

Pero estas innovaciones para dejar su huella, no puede predicarse que debe ser únicamente mediante tecnología por sí sola. Las personas, los procesos y la tecnología serán los tres vectores del cambio institucional, y todas son igualmente importantes. Una gestión eficaz del cambio, será un factor muy importante en el desarrollo de estos nuevos y muchos caminos inexplorados.

La innovación, que debe ser un aliado indispensable si quiere dar la mejor respuesta a las demandas de los ciudadanos, exige pensar y actuar de un modo distinto y las instituciones deben apoyarse en el personal interno, creando un medio a través del que canalizar su talento, para recorrer este camino de innovación y convertirse en una Administración cada vez más eficiente, flexible, ágil y transparente a través de tres pasos (esquema página 85):

Un aspecto fundamentalmente innovador del proyecto es este nuevo procedimiento, de búsqueda de ideas y de nuevas soluciones, en el que todos los empleados municipales participan por igual y la estructura administrativa sirve para potenciar y materializar las ideas creativas que pueden surgir entre los 10 tipos de innovación, ya sea relacionado con nuestra propia organización, con los servicios que ofrecemos o cómo los prestamos.

A más tipos de innovación utilizadas armónicamente, mejores serán los resultados. Pero con adoptar una visión más amplia de innovación no basta, las administraciones también deberán repensar algunos viejos hábitos y adoptar algunos nuevos que es importante incorporar:

1. La innovación requiere de un soporte adecuado: infundir el espíritu de la innovación a lo largo de toda una organización implica mucho trabajo y el sólo hecho de declarar la necesidad de una cultura innovadora les convertirá en innovadores. Deberán asegurarse que tienen recursos y talento para innovar, y una estrategia adecuada.

2. Desarrollar y articular la ambición de innovar: sin un claro propósito, la innovación puede resultar en esfuerzos sin dirección que no se alinean con la estrategia de la organización o de la política que se quiere mejorar.

3. Aceptar el riesgo, pero sobre todo aceptar el fracaso: deben asumir que las innovaciones no sean perfectas antes de que sean lanzadas, deben sentirse cómodos introduciendo propuestas imperfectas y permitir a sus equipos realizar pilotos, fallar, desechar o ajustar, y probar de nuevo.

4. Ser creativo a la hora de fomentar la innovación: es importante ser creativos a la hora de fomentar la innovación, sobre todo a la hora de vencer las barreras de ser adversos al riesgo, conservadores y con múltiples reglas en todos los frentes, que dificultan el surgimiento de la innovación.

 

Leopoldo Aznarez

Socio de Deloitte

Responsable de consultoría de Sector Público en Andalucía