Son viejas amigas. Cada verano aparece un tema en los medios de información que, a falta de otras noticias, ocupa páginas de diarios y minutos de telediarios, intentando contar mucho sin decir nada, porque estas serpientes, todo lo que tienen de largas, lo tienen también de vacuas e inofensivas. Se retuercen dando las más variopintas apariencias, pero, al final, se deshinchan como un globo de feria.

Cierto que ha habido otros veranos en la que las hemos echado de menos de lo terribles que fueron sus noticias: el Katrina en Agosto de 2005, la tragedia del submarino ruso Kursk en aguas cercanas al Ártico el 11 de Agosto de 2000 o la invasión iraquí sobre Kuwait el 2 de Agosto de 1990 son tres buenos ejemplos de ellos.

Pero nunca se había dado el caso de serpientes pertinaces y reincidentes como en los veranos de los últimos años. Bueno, en verano, en invierno, en otoño y en primavera. Señoras y señores, con todos ustedes, ¡tatachán! doña Alerta. Las tenemos amarillas, naranjas y rojas. De calor, de frío, de fuego, de tormentas, de nieve, de heladas, de sequía, de aguaceros… No hay telediario que se precie que no comience con el listado de las alertas: Que si naranja para las temperaturas en el Suroeste, que si amarilla por tormentas en el Este, que si roja por riesgo de incendios en el tercio Noroccidental. Días hay que mi pueblo amanece con una alerta por el calor y anochece con otra por rayos truenos y centellas.

No se habla de otra cosa en bares, mercados y casinos. Ya nadie abre la ventana para ver la temperatura del exterior; se conecta a Internet y busca el listado de las alertas.

Los avezados reporteros callejeros se lanzan a la calle en busca de declaraciones catastrofistas de los viandantes: "Nunca he visto nada igual, "hace 60 años que no llovía así" (y esto lo dice un treintañero) y todo tipo de comentarios por el estilo. Por supuesto cuanto más pinta de friqui tenga el comentarista amateur, mejor.

Y yo me pregunto: ¿A quién le interesa una sociedad cada vez más miedosa? ¿Por qué, hace pocos años, 38 grados a la sombra, en Andalucía, en Agosto, era un día caluroso pero soportable, y hoy en día es una alerta amarilla como la copa de un pino que es capaz de trastocar los planes que teníamos.

Una sociedad miedosa es una sociedad débil. La ciudadanía tiene que saber sacarse las castañas del fuego ella sola, si no, está condenada a ser presa de sus propios miedos y fobias, y una serpiente de verano ya no será motivo de chanza en el otoño siguiente, sino otra preocupación más que se instalará en nuestras medrosas (y esclavas) mentes.