La I+D+i fortalece y hace competitivos los negocios porque les permite anticiparse, adaptarse a los cambios del entorno y diferenciarse, ofreciendo antes que ningún competidor nuevas maneras de satisfacer las necesidades de sus potenciales clientes. Las ventajas competitivas siempre tienen fecha de caducidad y la única manera de mantener una diferenciación es una apuesta sólida y bien planificada por la innovación. Un tejido productivo competitivo es sinónimo de generación de riqueza y empleo estable y, por ello, es tan importante promover un sistema de innovación sólido.
En las primeras líneas de la lista de propósitos de año nuevo para 2017, sin duda debe estar mejorar el posicionamiento de Andalucía y España en innovación. España y Andalucía necesitan acelerar su intensidad en innovación para mantener una posición competitiva en Europa y el resto del mundo. Las administraciones deben favorecer el contexto, pero las empresas deben asumir su responsabilidad de tomar la iniciativa y comprometerse de manera estable con la innovación. La intensidad en I+D andaluza y española (porcentaje del gasto en I+D sobre el PIB) está lejos de la barrera del 2%, ya superada por la media europea, y del objetivo del 3% establecido por la Comisión Europea para 2020. No es suficiente con mantener el gasto en innovación, es crucial pisar el acelerador. Además, el sector público todavía tiene un peso demasiado elevado en el gasto español en I+D, es preciso incrementar el peso privado.
En el contexto actual, algunas de las opciones con mayor capacidad de ayudarnos a converger en innovación con Europa y los países más avanzados tecnológicamente son medidas como la internacionalización de la I+D, la cooperación público-privada o la apuesta por el emprendimiento con base tecnológica, entre otras. El panorama de financiación europea plantea un marco idóneo para apostar por la internacionalización de la innovación. Tanto el programa marco H2020 como el protagonismo otorgado a la innovación en otros programas europeos plantea numerosas oportunidades de financiación de proyectos de I+D+i que, por sus características, además de ayudar a desarrollar nuevos productos, servicios, tecnologías, etc., otorgan a las empresas otras muchas ventajas, como la apertura de nuevos mercados o el establecimiento de relaciones con potenciales socios y clientes internacionales. España es el cuarto país que mayor retorno ha alcanzado en los dos primeros años de H2020 (convocatorias 2014-15), sólo precedida por Alemania, Reino Unido y Francia, y Andalucía es la quinta comunidad española con mayor retorno. Es importante mantener esta tendencia en incrementar nuestra participación en los programas europeos.
Por su parte, la cooperación público-privada es otra herramienta potente para impulsar la I+D+i empresarial a través de fórmulas como la compra pública de innovación (CPI), que tira de la innovación desde la demanda, o los fondos de capital riesgo tecnológico con inversión mixta público-privada. Asimismo, la apuesta por la inversión de riesgo como parte de la estrategia de innovación es una tendencia clara y creciente entre las grandes empresas, que presenta prometedoras oportunidades. Más allá de la alta rentabilidad que pueden tener este tipo de inversiones si están bien elegidas, la entrada en el capital de startups tecnológicas permite a las grandes corporaciones un contacto directo con nuevas tecnologías, capital humano cualificado y emprendedor, nuevas oportunidades de negocio y, en muchos casos, puede significar un foco y revulsivo de innovación para la empresa. Por ejemplo, la segunda compañía del mundo por valoración bursátil, Google (ahora Alphabet) ha adquirido 160 empresas desde su creación en 1998 y esta es una de las claves de su competitividad. Iberdrola, Indra, Telefónica, Endesa, BBVA o Repsol son algunas de las grandes empresas españolas que han apostado por esta tendencia.
En CTA, estamos volcados en ayudar a las empresas a ver las oportunidades antes que otros a través de una apuesta estable y bien planificada por la innovación. La experiencia acumulada en los más de once años de actividad nos ha permitido evolucionar y, además de fortalecernos como clúster de innovación para impulsar la I+D+i regional, hemos desarrollado una cartera de servicios avanzados para ayudar a empresas, universidades, administraciones y otras entidades a rentabilizar su apuesta por la I+D+i, es decir, a transformar en riqueza los resultados obtenidos. Apoyo en internacionalización de la I+D, en procesos de CPI o en valoración de proyectos de emprendimiento con base tecnológica son precisamente algunos de esos servicios. En 2017, continuaremos esforzándonos para ayudar a aquellos que no sólo ponen la innovación en su lista de retos para el año nuevo, sino que además se esfuerzan en que no se quede en meros buenos propósitos.
Joaquín Moya-Angeler
Presidente de Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA)