UBS acaba de publicar sus previsiones económicas y estrategia para 2017. Los recientes acontecimientos políticos aumentan notablemente la incertidumbre y la probabilidad de escenarios negativos, pero también más positivos. Aun así, el mensaje principal es de continuidad del ciclo económico global, con una leve reaceleración del crecimiento y una normalización de la inflación.

Prevemos que el PIB real mundial crezca un 3,6% en 2017 y 2018, después del bache del 3% de este año. Si a esto se une una vuelta de la inflación al entorno del 2% en el mundo desarrollado, es destacable que el PIB nominal podría crecer el próximo año al mayor ritmo desde 2011. Y esta última variable es la que realmente importa a las empresas y a las familias como indicador del aumento de las ventas e ingresos y de su capacidad de repago de la deuda.

UBSHay que recalcar que el mayor crecimiento mundial se explica por tan solo tres países. EE. UU. pasa del 1,5% en 2016 al 2,4% en 2017 y al 2,5% en 2018, mientras Brasil y Rusia salen de su larga recesión, aunque sin alcanzar crecimientos del 1,5%. Por el contrario, Europa y China se frenan levemente. En el caso del Viejo Continente, se disipan los efectos positivos del petróleo barato y de la Expansión Cuantitativa del BCE, es previsible que el euro pierda competitividad, vuelva la inflación y se note el frenazo de la economía británica por el Brexit.

El factor más potente que augura una prolongación del ciclo global es la gran expansión monetaria. Con una inflación que aún no alcanza el deseado 2% y unas economías que a duras penas logran crecer en línea con su mediocre potencial, los bancos centrales no tendrán prisa por endurecer las condiciones de financiación de unos endeudados gobiernos y sectores privados. La Fed sólo subirá dos o tres cuartillos en cada uno de los dos próximos años y el BCE ha prorrogado sus compras todo 2017.

Dibujamos en consecuencia un panorama, en principio, favorable para los activos corporativos. Los tipos de interés reales van a seguir en negativo durante al menos un par de años, por lo que la liquidez y la deuda pública apenas generarán retornos. Para batir a la inflación, sólo cabe asumir más riesgos u obtener primas de rentabilidad inusuales.

Las acciones globales están altas pero no caras, con un crecimiento previsto de beneficios del 8% que podría ser superior si Trump rebaja el Impuesto de Sociedades y si el euro se mantiene depreciado. Es en EE. UU. donde encontramos las mejores compañías de los dos sectores que consideramos más atractivos: tecnología y farmacia. Las acciones de mercados emergentes estarán impulsadas por el mayor crecimiento económico y por la recuperación de las materias primas. Aquí mantenemos la preferencia por India a largo plazo y China de forma más táctica.

En renta fija, los dos segmentos más rentables en 2017 deberían de ser los bonos corporativos, beneficiados por las compras del BCE, y la deuda soberana de los países emergentes. También se puede buscar la prima de rentabilidad en activos ilíquidos y a largo plazo. El entorno es complicado para los Hedge Fund, pero muy atractivo para los fondos de capital-riesgo, de deuda privada y de inversión inmobiliaria.

Pero no perdamos de vista que 2017 volverá a estar dominado por decisiones políticas de resultado incierto. Mucho depende de Trump: el impacto positivo o negativo de sus iniciativas sobre la economía mundial y sobre los mercados dependerá de si prevalece la tentación proteccionista o las políticas neokeynesianas.

 

Roberto Scholtes Ruiz

Director de Estrategia de UBS en España