El Pacto Andaluz por la Industria que hemos firmado recientemente CCOO, UGT y CEA con el Gobierno andaluz es, sin duda, un paso fundamental para poner en valor un sector que tiene que situarse al mismo nivel de sectores como la sanidad, la educación o los servicios sociales. Somos conscientes de que es un proyecto ambicioso, pero estamos igualmente convencidos de que es realista y ejecutable y por parte de CCOO pondremos todo nuestro empeño y estaremos vigilantes para que así sea.

Es un hecho constatable que aquellos países con los que hemos compartido el origen de la crisis, pero en los que la aportación de su industria al PIB es mayor, han salido de la crisis o la están afrontando de manera más suave, y algo similar es lo que sucede incluso dentro de España, donde comunidades con un peso industrial más elevado en su PIB que Andalucía, como Navarra, La Rioja, País Vasco y Aragón, la tasa de paro es mucho más baja que en nuestra tierra y la estabilidad del empleo es muy superior. De hecho, si tomamos como referencia la tasa de paro del cuarto trimestre de 2008 y la comparamos con la del último trimestre de 2016, vemos que mientras que en Andalucía ha crecido un 7,5, en las comunidades citadas el crecimiento medio del desempleo ha sido del 2,37 puntos porcentuales.

Francisco-Carbonero12-439x451Cuestiones como estas no hacen sino constatar la idea que tantas veces hemos defendido en CCOO, que sin olvidar sectores con gran peso en nuestra tierra como servicios o agricultura, hay que priorizar la dedicación en tiempo, esfuerzo y, sobre todo, en inversión al sector industrial, cuya capacidad de resistencia ante las adversidades de todo tipo: coyunturales, estructurales y hasta globales como es el caso, han quedado evidenciada durante estos años.

Por eso, el paso que hemos dado los agentes económicos y sociales con la firma de la ‘Estrategia Industrial de Andalucía 2020’, sienta las bases para que la industria andaluza ocupe un lugar más estratégico en el modelo productivo que demanda la situación y, así, incidir de manera determinante en un nuevo modelo económico que sirva a Andalucía para converger con la media de la economía española.

Dicho esto, estamos convencidos de que no todas las actividades manufactureras por el mero hecho de ser industriales tienen las mismas virtudes de aportación a la riqueza y al empleo. Por ello, es absolutamente imprescindible que se preste una atención preferente a las actividades de alta y media-alta tecnología, que son las que reportan mayor tasa de valor añadido por unidad de producto, mayor esfuerzo inversor en I+D y demandantes de innovación, mayor productividad e internacionalización de las relaciones comerciales y, en consecuencia, mayor estabilidad y calidad en el empleo.

De hecho, el objetivo sería que la actividad industrial se convierta en Andalucía en el mayor contribuyente al bienestar social y sostenibilidad del Sistema Público de Pensiones y en un yacimiento de empleo estable tan necesario para nuestra tierra, donde la temporalidad y las contrataciones a tiempo parcial son las señas de identidad de su mercado de trabajo, lo que, unido a la economía sumergida que hay en el sector, es un lastre al que las autoridades tienen que poner coto porque no es posible avanzar colectivamente si el 30% del PIB de Andalucía está ausente, además de los graves perjuicios que suponen para los derechos de los trabajadores y las trabajadoras y hasta a las propias empresas por el dumping empresarial que se genera.

Por ello, en CCOO apostamos porque junto a las 52 medidas de carácter horizontal que se contienen en la ‘Estrategia Industrial de Andalucía’, se activen las medidas verticales sectoriales en la cadena de valor de las áreas de oportunidad que en Andalucía dan carta de naturaleza a la ‘estrategia de especialización inteligente’ que demanda la “Estrategia Europea 2020”, a cuyos objetivos Andalucía debe contribuir por interés propio.

Entendemos igualmente que en muchos casos será necesario mejorar la cualificación de quienes trabajan en el sector, de ahí que una de nuestras propuestas, recogidas en la estrategia y cuyo cumplimiento vigilaremos con especial interés, haya sido la necesidad de activar los sistemas de formación, entendiendo que esa mejora implicará una mayor productividad de las empresas y su internacionalización.

Por todo ello, es imprescindible que el dinero público sirva también para dinamizar el ámbito privado, y no se trata de subvencionar la industria, sino de incentivarla, porque no olvidemos que para tener unos servicios sociales potentes es necesario contar con la inversión adecuada para ello y con quienes, como la industria, generen riqueza para distribuirla.

No es una tarea fácil, ni rápida, porque hay mucho que transformar. De ahí que, desde CCOO de Andalucía, reiteremos nuestro llamamiento a contar con todos los actores implicados, porque nadie puede transformar unilateralmente la estructura económica de Andalucía. Sin duda, la puesta en marcha de la ‘Estrategia industrial para Andalucía 2010’ abre la senda para hacerlo.

 

Francisco Carbonero Cantador

Secretario General de CCOO-A

@carboneropaco