Actualmente, son muchos los sectores -constructoras, compañías de transporte, petroleras, compañías energéticas, etc.- que actualmente se están beneficiando de esta novedosa tecnología.
Desde Aerocámaras reconocen que con un dron pueden inspeccionar puentes, túneles, ferrocarriles, líneas eléctricas, oleoductos, edificios, parques eólicos, gaseoductos, pozos petrolíferos, tejados, carreteras, presas, así como observar la evolución de obras arquitectónicas, construcciones…
De esta forma, llegar a cualquier sitio, bien sea por altura, dificultad o falta de medios, es posible sin necesidad de arriesgar la integridad de los trabajadores, permitiendo así analizar con detalle, “pudiendo volar tan cerca como queramos, descubriendo desperfectos o averías que hasta ahora eran imposibles de detectar”. Además, gracias a su capacidad de portar cámaras de vídeo HD, termográficas, infrarrojas, multiespectrales, hacer inspecciones de averías tanto de día como de noche es posible.
Desde la compañía señalan que es “interesante que programemos el vuelo, que se hará de forma automática y precisa, todo desde un punto de vista privilegiado, como son las imágenes tomadas desde el aire y transmitiendo en tiempo real”.
En casos como son las centrales eléctricas, necesitan tener un control puntilloso de las averías, ya que se puede producir una gran pérdida de dinero. Este método, además de ser más preciso, es mucho más económico, sobre un 90% de ahorro en comparación con los métodos tradicionales, rápido y flexible, lo que permite a las centrales prevenir gastos repentinos. “Con ello conseguimos que las instalaciones sean eficientes en su producción energética, además de poder generar mapas 3D”, explican, reconociendo que “el futuro está aquí lleno de pequeñas aeronaves sobrevolando nuestras cabezas”.
Aunque no sólo se le puede dar un uso meramente relacionado con la inspección de infraestructuras, sino que hay más. Un ejemplo es el proyecto LitterDrone, que usará drones para la búsqueda de basuras marinas en las costas de Vigo. Seleccionado en la convocatoria europea BlueLabs, la iniciativa está liderada por el Grupo de Procesado de Imagen y Realidad Virtual (GPI-RV) y cuenta con la participación del grupo I-markt y también la Universidad de Vigo, junto con la empresa de material topográfico Grafinta y la Asociación Española de Basuras Marinas.
La finalidad del proyecto, como explica el líder del consorcio Fernando Martín, es “aplicar las tecnologías de los vehículos aéreos no tripulados o drones para conseguir imágenes que posteriormente se procesarán para la detección de posibles residuos presentes en las playas o en nuestras zonas costeras”. Se trataría, remarca, “de saber dónde hay basura y de qué tipo para ayudar al personal encargado de la limpieza”.
La clave de desarrollo es saber el tipo y la cantidad de residuos que se encuentran en las costas. Para ello, los drones estarán equipados con cámaras multiespectrales y térmicas para la localización de las basuras y, gracias a un software, se detectarán los diferentes tipos de residuos como plásticos o hidrocarburos.
El proyecto, con una duración de dos años y una financiación cercana a los 400.000 euros, será desarrollado por estudiantes supervisados por investigadores y representantes de las empresas.
Por otra parte, AEROARMS es el único proyecto del programa europeo Horizonte 2020 en el área de Robótica coordinado por una entidad española. En este proyecto, que terminará en 2019, y que está dotado con un presupuesto de más de 5,7 millones de euros, participan cinco países, Alemania, Francia, Italia, Suiza y España.
Además de la Universidad de Sevilla, la entidad coordinadora del proyecto, el Centro Avanzado de Tecnologías Aeroespaciales (FADA-CATEC) y la Universidad Politécnica de Cataluña, en AEROARMS participan los centros de referencia aeroespacial de Alemania, Italia y Francia: el Centro Aeroespacial Alemán, el Centre National de la Recherche Scientifique francés, el Consorcio de Universidades italianas CREATE así como cuatro empresas de reconocido prestigio como las alemanas TÜV Nord Systems y Elektra UAS, y las suizas Alstom Inspection Robotics y SENSIMA.
La gran novedad tecnológica de AEROARMS es el desarrollo de los primeros drones del mundo con múltiples brazos articulados para realización de tareas de inspección y mantenimiento industrial, en el sector energético, que requieren actualmente trabajos en altura de personal que, dependiendo de la aplicación, accede empleando andamios, grúas y cables con anclajes.
Los robots aéreos que se están desarrollando en AEROARMS pueden volar hasta los puntos según un plan de inspección o mantenimiento, y son capaces de realizar tareas de manipulación con los brazos para tomar medidas que requieren contacto tales como la detección de grietas mediante sensores de ultrasonidos, la instalación de sensores que permitan tomar de forma permanente medidas de la corrosión o detectar fugas en dichas localizaciones inaccesibles, o bien desplegar, por ejemplo en tuberías a decenas de metros de altura, robots con ruedas que realizarán de forma continua tareas de inspección y mantenimiento en dichas tuberías, siendo recogidos posteriormente por el propio robot aéreo sin que los operadores humanos tengan que acceder. Este proyecto es la continuación de los trabajos realizados en el proyecto ARCAS, con más de ocho millones de presupuesto, que también fue subvencionado por la Comisión Europea y liderado también por el catedrático de la Universidad de Sevilla, Aníbal Ollero, director del Grupo de Robótica, Visión y Control (GRVC). En él se obtuvieron resultados innovadores a nivel mundial en robótica aérea y vehículos aéreos no tripulados, que han sido calificados como excelentes por la Comisión en todas las evaluaciones del Proyecto.
El Grupo de Robótica, Visión y Control que dirige en la Universidad de Sevilla el profesor Ollero cuenta con más de 70 miembros, siendo el grupo de robótica más numeroso de España. En los últimos cinco años los investigadores del Grupo han participado en 30 proyectos, entre los que figuran 11 proyectos europeos siendo líderes de cuatro de ellos. Actualmente trabajan en seis proyectos europeos, destacando los de robótica aérea, especialidad en la que juegan un importante papel en Europa.