El beneficio neto de Sacyr en el primer semestre fue de 60 millones de euros, un 6,3% menos que en 2017, debido a que en el mismo periodo de 2016 se incluyeron resultados extraordinarios por importe de 20 millones de euros procedentes de diversas ventas de activos. En términos comparables, el resultado neto se incrementa el 36% respecto de 2016.

Por su parte, el Ebitda fue de 191 millones, el 15,7% más que en el mismo periodo del año pasado, “resultado de la acertada estrategia de la compañía, que pone el foco en la rentabilidad y la generación de caja de los proyectos y que cuenta con un estricto sistema de gestión de los riesgos y control de los costes”, señalan desde Sacyr.

La cifra de negocios fue de 1.523 millones de euros, el 7,7% más que en el mismo periodo del ejercicio anterior, mientras que el margen bruto se situó en el 12,5%, ocho décimas más que en el primer semestre de 2016.

La deuda financiera del grupo cerró junio en 2.986 millones de euros, el 20% menos que a finales de 2016, cuando sumaba 3.726 millones, “gracias” a la culminación de la estrategia de eliminación de los riesgos asociados a la participación en Repsol a través de una operación derivados sobre 72,7 millones de acciones de Repsol (60% de la participación de Sacyr). Con esta operación, se completó el proceso iniciado en la segunda mitad de 2016 al contratar dos operaciones de derivados sobre el 40% de la participación en Repsol.

De esta forma, el resultado financiero del primer semestre mejoró el 17%, hasta 87,5 millones de euros, gracias a la reducción de la deuda.