El 2017 ha sido un año con muchas luces y con algunas sombras para el colectivo de autónomos. Si por un lado nos hemos felicitado por la aprobación de la Ley de Medidas Urgentes para el Trabajo Autónomo, que hará más fácil iniciar o mantener los negocios eliminando trabas y permitiendo mayores deducciones, también es cierto que, en más de la mitad de las regiones españolas, se perderán autónomos, muchos por esperar a la ampliación, a un año, de la tarifa plana que se pone en marcha el 1 de enero.

Sin embargo, el 2017 va a cerrarse en Andalucía con un crecimiento continuo en el RETA, aunque menor que en el año 2016. De nuevo, esa espera y esa falta de impulso definitivo también en nuestra región.

ATAEl trabajo autónomo desempeña en Andalucía un notable papel en el desarrollo económico, social y en la generación de empleo. Representa más del 26% de los afiliados a la Seguridad Social y unos 800.000 empleos que surgen de 513.000 autónomos.

A pesar de esta realidad, de este viento a favor de los autónomos, hay baches que no nos dejan avanzar sin tener que ir a trompicones. En el año 2017, se han dado las mismas, llamémoslas “circunstancias adversas” para el trabajo autónomo, que en años anteriores. No aprendemos de los errores, o lo que es aún más grave, no se tienen en cuenta las repercusiones de la toma de determinadas decisiones que en años anteriores demostraron no ser adecuadas.

Una vez más, la resolución de las ayudas a emprendedores se hacen esperar, se demoran un año, y la partida presupuestaria de 2017, destinada a su impulso, no se ejecuta. Una vez más, se diseña un marco normativo para personas emprendedoras sin tener en cuenta el trabajo autónomo, o lo que es más importante, sin incluir medidas específicas y directas al emprendimiento. Por ejemplo, esa ampliación de la tarifa plana está arrojando datos positivos en otros territorios. Confiamos y trabajamos para que en el trámite parlamentario este “olvido” se subsane.

Se continúan diseñando, políticas y estrategias de trabajo, por ejemplo, en materia de prevención de riesgos laborales, y no se cuenta con la organización más representativa de autónomos, o un consejo de formación para el empleo, o de comercio o en el Consejo Económico y Social de Andalucía.

Una vez más, se ha vuelto a iniciar el trámite de creación del Consejo Andaluz del Trabajo autónomo (se inició por primera vez en 2013). Pero dando voz a unos miembros según criterios obsoletos y que contradicen las leyes nacionales. No caben atajos, ni favoritismos… no se puede acudir a legislación que ha sido expresamente derogada para determinar qué asociaciones de autónomos son más representativas, es decir, tienen mayor número de asociados, sedes y personal contratado a tiempo completo mes a mes. Si pretendemos crear un consejo donde “los menos” sean los representantes de los trabajadores autónomos de Andalucía… poco recorrido tendrá el Consejo y el objetivo por el que se va a crear.

Para 2018, y como todos los años, desde ATA esperamos que realmente se legisle, diseñe y ejecuten medidas a favor de las personas trabajadoras autónomas de Andalucía y cómo no que, para ello, se cuente con sus legítimos y verdaderos representantes, aquellos que denuncian sus problemas y que, a la vez, trabajan para facilitarles su quehacer diario en su trabajo por cuenta propia. Esa es la esencia y el fin de una organización representativa de los trabajadores autónomos. Dar pasos, pero también en la dirección correcta. Eso es lo que esperamos del 2018.

 

Rafael Amor

Presidente de ATA Andalucía

 

Artículo incluido en el Anuario empresarial y económico de Agenda de la Empresa. Enero 2018