UGT cumplió, el pasado 12 de agosto, 130 años, como el segundo sindicato más longevo de Europa. En la historia reciente de España, no hay un solo acontecimiento relevante en el que UGT no haya estado presente, en defensa de la clase trabajadora y de los derechos sociales.

El estado del bienestar que hoy vivimos, a pesar de los recortes de derechos durante la crisis que vamos a recuperar, no existiría sin UGT: las vacaciones de verano, la prohibición del trabajo infantil, el descanso dominical, las ocho horas laborales y posteriormente las 40 semanales, la Seguridad Social, la creación de la Organización Internacional del Trabajo, y tantos otros derechos, que hoy disfrutamos, no llegaron solos, fueron promovidos por sindicalistas de UGT, negociados con los gobiernos y los partidos, y peleados en la calle y en las fábricas, muchas veces con muertos y heridos.

Desde su gestación, por Pablo Iglesias Posse en 1888, UGT ha promovido la educación de las gentes, con iniciativas legales y asumiendo la responsabilidad en las propias Casas del Pueblo, porque un pueblo inculto es un pueblo esclavo, y las gentes formadas son personas libres. Largo Caballero, que fue secretario general de UGT, puso en marcha durante su etapa como ministro de Trabajo la Ley del Contrato de Trabajo, precursora del Estatuto de los Trabajadores, o la de las Asociaciones Profesionales y Cooperativos.

Durante la Guerra Civil, UGT participó en la organización de la defensa de la economía y del orden público, así como se encargó del abastecimiento de la población. Miles de ugetistas fueron represaliados y asesinados durante el golpe franquista y los años de la dictadura, es por ello que uno de nuestros objetivos es que la Ley de Memoria Histórica cuente con la dotación presupuestaria necesaria para dar reposo a las familias de las víctimas, y que se conozcan todos los detalles y los responsables de lo ocurrido, para que nunca vuelva a producirse.

Con la vuelta de la democracia, la unidad de acción con el joven sindicato CCOO se convirtió en política fundamental para conseguir paliar los daños de los duros años de las reconversiones industriales, impulsar la Ley de Seguridad Social, y otros logros como la Ley de Libertad Sindical, el Estatuto de los Trabajadores, la jornada de 40 horas semanales, o las vacaciones de 30 días. Con Nicolás Redondo al frente, hicieron falta varias huelgas generales durante el gobierno de Felipe González. A Cándido Méndez le tocó luchar contra los recortes durante la crisis, las reformas laborales, la de las pensiones, la reducción de salarios de los empleados públicos y defender la Ley de Igualdad.

La llegada de Pepe Álvarez a la cabeza de UGT, a comienzos de 2016, supuso un impulso para la renovación del sindicato, con estructuras más sencillas y cercanas a la afiliación y al ciudadano. Tenemos que seguir recuperando derechos, y superar la etapa de precarización del empleo, que nos impuso el ultraliberalismo con la excusa de la crisis. Una crisis injusta, que no fue culpa de la clase trabajadora, pero que sí es la que más la ha sufrido. Con la firma del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva se han dado pasos importantes para que los sindicatos recuperemos fuerza en la negociación de los Convenios Colectivos, por ejemplo el que los convenios no caduquen durante la negociación de uno nuevo. Las campañas que UGT ha llevado a cabo de “Ningún salario por debajo de mil euros” está dando resultados, tras incluir ese objetivo en el AENC y en las plataformas de los nuevos convenios, aunque queremos que también se convierta en ley con el Salario Mínimo.

Pero no es suficiente. Es necesaria la derogación de las dos reformas laborales, la de Zapatero y la de Rajoy, para acabar definitivamente con la precarización en el empleo, que genera además el aumento de la siniestralidad laboral.

UGT tiene mucho futuro. Estamos sumando afiliados todos los días, tenemos 950 mil cotizantes, y estamos ganando elecciones sindicales. Usaremos nuestra fuerza para seguir defendiendo a la clase trabajadora y conquistando nuevos derechos sociales, frente a los nuevos retos que ya tenemos encima: la revolución 4.0 con la digitalización y robotización de tareas. UGT fue la primera organización que dijo que los robots tienen que pagar impuestos, y tendrán que adaptarse las leyes y los derechos laborales. Tenemos el reto de seguir estando presentes en el mercado laboral, en todos los ámbitos, también luchando contra los falsos contratos de autónomos, ya le hemos ganado la primera batalla a Deliveroo y el siguiente será Glovo.

Y quizá los retos más importante que tenemos por delante sean la igualdad real de oportunidades, con sanciones para que las empresas cumplan la Ley, y el relevo generacional. UGT comparte los intereses de los jóvenes, y nos duele que muchos no tengan otra opción que emigrar para desarrollar un proyecto de vida. Por ello estamos presentando el Plan de Empleo 10 para Andalucía, que queremos que sirva de referente para que los gobiernos andaluz y central pongan en marcha los suyos propios, destinados a generar oportunidades en nuestra tierra. Y no podemos cerrar los ojos a la inmigración, a las miles de personas que llegan desesperadas a nuestras costas, jugándose la vida, no por una vida mejor, sino buscando un sitio donde sobrevivir ellos y sus familias. Europa tiene que buscar una solución solidaria en nuestro territorio y apoyar el desarrollo y la estabilidad en los países de origen.

Hemos sufrido ataques en los últimos años, pero UGT ha salido renovada y fortalecida. Con 130 años de historia, seguimos muy presentes en la sociedad española, tenemos muchos retos y muchas batallas que librar, con la dignidad y la fortaleza que da ser ugetista.

 

Carmen Castilla | Secretaria General de UGT-A

@mc_castilla

 

 

Artículo incluido en el número de septiembre de la revista Agenda de la Empresa