Iberdrola ha obtenido un beneficio neto de 2.090,9 millones de euros durante los nueve primeros meses del año, un 13,5% menos que en el mismo periodo del año anterior, debido a los menores resultados extraordinarios del periodo -que alcanzaron a septiembre de 2017 los 759 millones- y por la peor evolución del área de generación y clientes en España, que contrasta con el buen comportamiento de todos los negocios en el resto del mundo.

En Brasil, el beneficio neto de Neoenergia, que se consolida al 100% en las cuentas del grupo desde la segunda mitad del pasado ejercicio, se ha situado en 1.170 millones de reales, un 357% más. Y, en Estados Unidos, el beneficio neto ajustado de Avangrid ha alcanzado los 511 millones de dólares, un 3% más.

Con todo, el beneficio neto ordinario del grupo se ha situado en 2.051,3 millones hasta septiembre, lo que supone un incremento del 38% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

Los ingresos de Iberdrola han mejorado un 19,7% en los nueve primeros de 2018, hasta alcanzar los 26.282,6 millones. Como consecuencia de este incremento, y a pesar de un aumento de los tributos del 12% en España, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) ha ascendido a 6.719,7 millones, un 22,5% más respecto al mismo periodo de 2017. Si se excluye el efecto de la variación de los tipos de cambio (-312 millones de euros), el incremento es del 28,2%.

La compañía también ha continuado mejorando sus niveles de eficiencia a lo largo del año. En concreto, el ratio gasto operativo neto sobre margen bruto ha mejorado en 180 puntos básicos con respecto a los nueve primeros meses de 2017, hasta situarse en el 27,3% al cierre de septiembre.

Por otro lado, los fondos generados en operaciones (FFO) entre enero y septiembre se han situado en 5.255,6 millones, lo que supone un aumento del 12,5% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.

Por lo que respecta a los avances registrados en su plan inversor, hasta septiembre el grupo ha acometido unas inversiones netas de 3.644,8 millones. De esta cantidad, un 45% se ha destinado al área de Redes y un 34% a Renovables, en línea con lo previsto en las Perspectivas Estratégicas 2018-2022, que contemplan una inversión total de 32.000 millones en el periodo. Asimismo, más del 85% se destina a proyectos internacionales.

La deuda neta del grupo es de 34.379 millones al cierre de septiembre. El ratio FFO sobre deuda neta ha mejorado en 80 puntos básicos solo en el tercer trimestre del año, situándose en el 21%. Además, un 76% de la deuda del grupo se mantiene a tipo fijo, con lo que queda protegido de cara a posibles episodios de volatilidad en los tipos de interés.

Reafirma previsiones y aumenta el dividendo

Los buenos resultados obtenidos -impulsados por la aceleración de la mejora operativa en todos los negocios-, el incremento de las tarifas reguladas de Redes, la nueva potencia instalada, la mayor producción y la mejora de la eficiencia permiten a Iberdrola reafirmar sus previsiones para el cierre del ejercicio.

Así, el grupo prevé superar los 9.000 millones de Ebitda para 2018 y alcanzar un beneficio neto de 3.000 millones, sin considerar las plusvalías de la recientes desinversiones.

En línea con estos resultados, el Consejo de Administración de la Sociedad ha aprobado una remuneración a cuenta de 2018 de, como mínimo, 0,15 euros brutos por acción, dentro de una nueva edición del programa Iberdrola Retribución Flexible, que permite a los más de 600.000 accionistas de Iberdrola elegir entre recibir efectivo o nuevas acciones del grupo de forma gratuita.

El importe fijado supone un incremento del 7,1% con respecto al dividendo a cuenta de 2017 (0,14 euros brutos por acción) y se materializará en febrero de 2019.

A esta cantidad habrá que añadir la remuneración complementaria con cargo a 2018, que se abonaría en julio de 2019 tras su aprobación por parte de la Junta General de Accionistas de la Sociedad.