Hoy es el día de las matemáticas. Andrea, que está en cuarto de primaria, me llamó para trabajar juntos la recta numérica, que parece no entendía del todo bien. Como suele ser habitual, le pregunto qué es lo que ha entendido para mejorar aquello que le impide avanzar. Una vez solucionamos sus cuestiones comenzamos a realizar una recta numérica atendiendo al enunciado del problema de matemáticas. Consistía en trazar una línea recta con un punto de inicio y uno de fin, separada por pequeños trocitos o segmentos iguales, para ubicar una serie de números que nos pedía el profesor.

Lo logramos, y nos ayudamos de varios ejemplos gráficos: tomé un termómetro, esperamos varios minutos para saber la temperatura que teníamos y le mostré el rango de temperatura que podía alcanzar; y también nos medimos en la pared del cuarto. La ocasión la aproveché para avanzar un poquito más. Le sugerí hacer una recta numérica temporal tomando como fecha de inicio el día de hoy y como final el día de su Comunión. En esa recta dibujaríamos los eventos más importantes que iban a tener lugar y cuándo: “Lo primero mi cumple, después Papá Noél y los Reyes Magos, la Semana Santa, la Feria de Abril y los cacharritos y, por último, el día de la Comunión. ¿Te gusta Papá?”. Este ejercicio le ayudó a entender el concepto matemático y visualizar los próximos acontecimientos que tendrían lugar en el futuro próximo.

En estos días, el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington daba a conocer sus proyecciones: en el año 2040, España será el país con mayor esperanza de vida del mundo, los 85,8 años. Actualmente, nuestro promedio es de los 82,9 años. Es un hecho, cada vez vivimos más.

Te propongo que pienses en tí y te proyectes hasta, al menos, los 85 años. ¿Qué acontecimientos o etapas son los próximos? Por ejemplo este año, el próximo año, los próximos cinco años. Y en los próximos 15 años, incluso 25 años, ¿dónde estarás?

Esta recta numérica nos permite establecer horizontes temporales y dividirlo por etapas de vida, por ejemplo tres: una primera etapa donde necesitamos de nuestra familia para subsistir; una segunda fase en la que generamos rentas y riqueza, y también gastos; y una última etapa en la que nos autofinanciamos con nuestros recursos generados, o bien, necesitamos ayuda para seguir adelante. La segunda fase es, posiblemente, la más larga, ya que comprende edades desde que nos independizamos financieramente hasta que nos jubilamos a una edad media de 65 años. Durante este tiempo tomamos decisiones importantes que nos afectan en el futuro: creamos una familia, nos endeudamos, adquirimos patrimonio inmobiliario, gestionamos el ahorro, realizamos inversiones, etc. Son decisiones que podemos evaluar y mejorar, si así lo considerásemos, porque es posible que tengamos tiempo para ello. Sin embargo, en la última etapa de nuestro ciclo de vida, las decisiones que se tomen pueden carecer del tiempo necesario para su mejora. Es, por ello, que una toma de decisiones acorde a nuestras necesidades y objetivos, presentes y futuros, planificada, es garante de seguridad, certeza y tranquilidad.

Ya lo sabes, vivimos en el país con mayor esperanza de vida, cómo serán esos años depende de nosotros. Te invito a que vayas acompañado en tu toma de decisiones, sobre todo en las financieras. ¿Cómo te ves en tu ciclo de vida?

 

Juan Francisco Martín Báñez

EFA European Financial Advisor

Asociado EFPA 12099

 

Artículo incluido en el número de noviembre de la revista Agenda de la Empresa