Los nuevos conceptos de realidad (Virtual, Aumentada y Mixta) encajan a la perfección en este entorno en el que oímos de forma recurrente el concepto de tecnologías exponenciales, referido a aquellas que duplican su capacidad cada uno o dos años de forma que ofrecen enormes avances que parecen repentinos.

Por una parte, resultan decepcionantes porque generan enormes expectativas, pero no acabamos de ver en nuestro día a día que tengan el poder transformador que nos anuncian. Por otra, sin embargo, están siguiendo una clara senda de aceleración en un buen número de sectores y aplicaciones, que anuncian un momento en los próximos cinco años en que tenga la capacidad de impactar de forma muy intensa buen número de modelos de negocio.

La Realidad Virtual es aquella que genera un entorno inmersivo e interactivo que nos separa del entorno físico en el que nos encontramos. La Realidad Aumentada es aquella que añade información a aquella realidad física. Finalmente, la Realidad Mixta es aquella que combina Realidad Virtual con realidad física, ofreciendo un contexto enriquecido en el que los elementos virtuales tienden a ser indistinguibles de los físicos.

La mayor limitación hasta la fecha es que, por una parte, los dispositivos de Realidad Aumentada, que deben ser el futuro soporte de los de Realidad Mixta (como ya ha ocurrido con la evolución de las HoloLens de Microsoft) siguen siendo pesado e incómodos para una utilización masiva por parte de los consumidores finales. Sin embargo, estos dispositivos sí resultan ya suficientemente usables como para que estén entrando en quirófanos para que la información de los distintos equipos que requiere el cirujano esté donde éste mira y no requiera que aparte la vista para consultarlos. También están ya permitiendo que compañías de seguridad desplieguen centros de control con un número ilimitado de pantallas allí en cualquier sitio. De esta forma, por ejemplo, podría instalarse un centro de control con un monitor por cada cámara instalada para la vigilancia de la Madrugá sevillana en cualquier lugar donde hubiera un responsable de seguridad y una de estas gafas. Igualmente, se están empleando ya para que los operarios de instalaciones industriales puedan tener un servicio de soporte técnico que les permite visualizar los pasos que deben seguir sobre la propia instalación.

En el caso de la Realidad Virtual asistimos en su comienzo a la necesidad de elegir entre una Realidad Virtual poco convincente basada en cardboards (gafas que necesitaban de nuestro propio móvil) o el uso de dispositivos pesados y vinculados a un ordenador y un conjunto de sensores capaces de desplegar un nivel de gráficos que nos permitieran realmente sentirnos en otro contexto y que, además, registraran nuestros movimientos para una interacción completa. Este es uno de los ámbitos en que más rápidamente se está avanzando y hoy ya tenemos dispositivos del tamaño de unas cardboards, que tienen la capacidad gráfica que antes aportaba un ordenador de sobremesa e incluyen en el mismo espacio los sensores que nos permiten movernos dentro del espacio virtual. Como ejemplo pueden ver el vídeo publicado hace un par de semanas en el que el fundador de Facebook juega a tenis virtual con unas Oculus de última generación. Les recomiendo que lo vean y, a partir de ahí, visualicen todas las aplicaciones que algo así pueda tener.

Desde el cine hasta la comercialización de productos que hasta ahora no completaban la venta online, pasando por el turismo, los museos, el cine, la educación, los deportes, son innumerables los ámbitos en los que esta nueva realidad ofrece oportunidades para desarrollar nuevos modelos de negocio que, en pocos años, comiencen a sustituir modelos tradicionales.

 

Evaristo Nogales | CHO at Sngular

 

 

 

Artículo incluido en el número de noviembre de la revista Agenda de la Empresa