El beneficio neto de Siemens en el primer trimestre de su año fiscal (que comprende del 1 de octubre al 31 de diciembre de 2018) fue de los 1.100 millones de euros -BPA de 1,26 euros-, al no contar con los impactos extraordinarios que sí se produjeron en el mismo periodo del año anterior, cuando se materializó la venta de las acciones de Osram y hubo un fuerte impacto fiscal positivo por la reforma impositiva en EE. UU.

En concreto, en el primer trimestre de 2018 se produjo una ganancia libre de impuestos de 655 millones por la venta de acciones en OSRAM Licht AG y también hubo gastos impositivos considerablemente más bajos debido a un impacto positivo neto de 437 millones por la revalorización de futuras posiciones fiscales gracias a la reforma fiscal de los Estados Unidos. Excluyendo estos factores, los ingresos por operaciones continuas y el beneficio neto entre ambos periodos estarían en niveles similares.

Por otra parte, destacan desde la compañía, “hay que tener en cuenta que a partir del primer trimestre del año fiscal 2019, el negocio de unidades de tracción ferroviarias se ha transferido de Process Industries and Drives a la división de Movilidad, por lo que las cifras del período anterior se presentan sobre una base comparable”.

Excluyendo el efecto divisa y en base comparable, Siemenes registró un volumen de pedidos de 25.172 millones, lo que supone un incremento del 13% respecto al mismo periodo del año anterior. Los ingresos, por su parte, ascendieron un 2% hasta los 20.116 millones. En términos nominales -sin excluir el efecto tipo de cambio y otras variaciones de cartera- estos ratios habrían crecido un 12% y un 1%, respectivamente.

Por su parte, el book to bill -que mide la relación entre los pedidos recibidos y los comprometidos- se sitúa en un 1,25%.

El Ebita ajustado del negocio industrial se redujo debido principalmente al “fuerte descenso” en Power and Gas y Energy Management, “solo en parte compensado por un Ebita ajustado más alto en Process Industries y Drives y Digital Factory”.