Más del 60% se siente muy ansioso si se lo roban o lo pierde

Con motivo del Mobile World Congress, que se celebra actualmente en Barcelona, SFAM ha realizado de la mano de IPSOS el I Estudio sobre el impacto emocional y económico del uso del móvil entre franceses y españoles.

Los teléfonos y otros dispositivos móviles como ordenadores o tabletas forman parte de la rutina personal y profesional de los españoles. El 42%, invierte entre 200 y 500 euros en la compra del teléfono móvil y el 23% destina más de 500 euros. En la compra de otros dispositivos tecnológicos como ordenadores, tabletas, weareables o drones el presupuesto para un 28% de los individuos oscila entre 1.000 y 3.000 euros.

Los españoles dedican, por tanto, un presupuesto significativo, paralelo al rol que los móviles  desempeñan en su vida: el 55% considera el smartphone como una herramienta esencial en su vida personal y profesional y un 43% lo califica de importante. A pesar de que la gran mayoría afirma que se preocupa y cuida de ellos, solo un 15% los asegura.

Los más precavidos, los jóvenes

A pesar del presupuesto significativo en la compra de teléfonos y otros dispositivos tecnológicos multimedia, sólo el 15% de los usuarios cuenta con un seguro específico que los proteja frente a situaciones de pérdida, robo o rotura. Los más precavidos son los jóvenes de entre 18 y 29 años que hasta en un 26% decide apostar por un seguro para dispositivos multimedia frente al 12% de usuarios de mayor edad.

Por franjas de edad, los jóvenes de entre 18 y 29 años también son los que más presupuesto dedican a la compra de dispositivos móviles: el 24% invierte entre 500 y 1000 euros en la compra de su smartphone frente al 19% de los otros grupos de edad.

Según los resultados del estudio, casi el 25% de los españoles pasa más de cuatro horas diarias frente a la pantalla del móvil y un 33% entre dos y cuatro horas. Un tiempo de media superior al de los franceses: un 17% pasa hasta seis horas mientras que un 27% entre dos y cuatro horas.

En cuanto al uso que se da al teléfono móvil: llamar, para el 82%, y chatear, para el 76%, son las principales funciones que se dan al smartphone; un uso muy distinto al de los usuarios en Francia donde el acto de llamar, para un 87%, es muy superior al de chatear, que únicamente hace un 33%.

Por edades, el chat y las redes sociales son las funcionalidades más usadas entre los jóvenes de 18 y 29 años. Llamar y chatear son los usos preferidos entre los adultos entre 30 y 54 años. El móvil se convierte en un reproductor de música para el 65% de los más jóvenes, un uso superior al que le dan los adultos de entre 30 y 44 años (con un 46%) y mayores de 45 años (un 40%).

Si preguntamos a españoles y franceses cuál es el ámbito de uso, personal o profesional, también se observan diferencias significativas: casi la mitad de los españoles emplea el teléfono con un fin profesional, una cifra superior a la del 31% de los usuarios franceses. Entre los españoles se observa una tendencia de mayor uso profesional en los más jóvenes: un 50% de los menores de 30 años incorporan el móvil como una herramienta de trabajo frente al 45% de adultos mayores.

Al 15% de los españoles le han robado el móvil

Al 15% de los españoles le han robado el móvil y un 7% lo ha perdido. Y solo una de cada cinco personas contaba con un seguro para hacer frente a esta situación con un sistema de garantías.

Los dispositivos móviles suelen almacenar archivos e información privada de sus propietarios. Por ello, casi el 50% equipare la pérdida del móvil con la de su propia privacidad; un 46% lo compara con perder una extensión de su memoria y un 30% con la pérdida de algo tan valioso como las llaves de casa.

Cuando un móvil desaparece o deja de funcionar provoca un alto nivel de ansiedad que varía en función de la situación: casi un 40% siente desasosiego si su móvil deja de funcionar, un 65% siente ansia si pierde el móvil y un 72% afirma que viviría con bastante o mucha ansiedad un robo de su dispositivo móvil.

Preguntados por el motivo de cambio de su terminal, un 52% de los usuarios prefiere apurar su vida útil y sólo tres de cada diez decide cambiar por adquirir un modelo de categoría superior. En Francia, el porcentaje se invierte y un 41% reemplaza su modelo por otro nuevo sin motivo aparente, mientras que un 36 lo hace por un fallo en el funcionamiento. En España, según datos del estudio, el 40% invierte hasta 200 euros en reparar la parte exterior del dispositivo para alargar su vida útil.