Libro Cartuja, la isla de los secretos

Diez entrevistas a responsables de otros tantos casos de éxito en el Parque Tecnológico de la Cartuja forman el cuerpo central del libro Cartuja, la Isla de los Secretos, publicado por la Universidad de Sevilla y por la sociedad Parque Científico y Tecnológico Cartuja con motivo del 25 aniversario del recinto.

Escrito por los periodistas José Luis Losa y Sonia Rodríguez e ilustrado con fotografías de Fernando Ruso, fue presentado por el rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro; el secretario general de Empresa, Innovación y Emprendimiento de la Junta de Andalucía, Manuel Ortigosa Brun; la primera teniente de alcalde y delegada de Economía del Ayuntamiento de Sevilla, Carmen Castreño Lucas; y el director general del PCT Cartuja, Martín G. Blanco.

En sus más de 200 páginas, radiografía la situación actual del PCT Cartuja e incluye entrevistas a los protagonistas de diez de sus mayores casos de éxito: Ayesa, Inerco, MP, Teledyne Anafocus, Alter Technology, CNA, JRC, ETSI, Teatro Central e Isla Mágica. Los autores desvelan la actividad de las principales áreas que conforman el PCT Cartuja, bajo los capítulos “La Isla que…” (que produce e innova, que investiga, que forma y aprende, que sube al escenario y que se divierte).

En cada página, el lector puede encontrar algunos de los “secretos” que guarda la Isla de la Cartuja, desde históricos (Cartuja fue una importante zona de paso en la antigua Híspalis, con una calzada romana que la conectaba con Itálica) hasta contemporáneos (las principales marcas mundiales de smartphone usan sensores de la compañía Teledyne, ubicada en el Parque).

Esta obra pretende ser un reconocimiento a las empresas, centros de investigación, universidades y escuelas de negocio y centros culturales y de ocio del PCT Cartuja, que han hecho posible que un proyecto que nació en 1993 para reutilizar los activos de la Exposición Universal de 1992 se convierta en uno de los parques científicos y tecnológicos de mayor envergadura de Europa.

La profunda crisis económica que atravesó España a mitad de la década de los 90, unida a la compleja coyuntura internacional, supuso el peor de los escenarios para el comienzo del proyecto. Los sevillanos vivieron ese tiempo entre la nostalgia de la gran muestra Universal, la mala situación económica y la visión de pabellones no utilizados.