Ana Alonso Psicas. Presidenta de FAME y Tesorera de CEA

Las agencias de socialización, familia, escuela, grupos de iguales y medios de comunicación, a través de sofisticados procesos de enculturación sostenidos en el tiempo y apoyados en las costumbres y tradiciones, han venido transmitiendo y perpetuando los estereotipos y roles de género que median las relaciones entre mujeres y hombres.

Los cimientos de la educación que hemos recibido, se han apoyado en la segregación educativa, el sexismo lingüístico, la promoción diferencial de vocaciones y opciones profesionales y la asignación de los roles productivos (remunerados) para los hombres y reproductivos (no remunerados) para las mujeres.

No obstante a ello, los avances experimentados en nuestro país en materia de igualdad en los últimos treinta años han sido profundos y de gran calado socioeconómico. Pero existe un “efecto arrastre” estructural y sistémico que afecta al mercado laboral.

En la actualidad, la mayoría de las titulaciones universitarias son alcanzadas por mujeres, sin embargo, sigue existiendo una más que significativa brecha tecnológica, según se desprende del número de matriculaciones en carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología. Este mapa de situación se agrava aún más si cabe cuando observamos que el mercado tecnológico no absorbe en la misma medida a mujeres y hombres.

Este no es más que un ejemplo de la magnitud de la segregación vertical y horizontal que existe en la actualidad, ambas asociadas estrechamente con la brecha salarial, con la insuficiente ocupación femenina de puestos directivos y ejecutivos y con la conciliación de la vida privada y profesional.

Por supuesto, las empresarias no estamos ajenas a los efectos de este sistema asimétrico y desequilibrado desde el punto de vista del género, que se expresa y materializa con barreras a la hora de acceder a los recursos estratégicos o a los lobbies de poder e influencia.

La FAME, como organización empresarial que defiende los legítimos intereses de las empresarias andaluzas, lo hace teniendo en cuenta estas circunstancias y se compromete con la consecución de la igualdad real y efectiva de las empresarias. Compromiso que comparte con CEA, cuyo presidente, Javier González de Lara, ha tomado una medida sin precedentes creando el Consejo de Igualdad y que me honro en presidir.

Cada vez un mayor número de empresas andaluzas, adoptan medidas para la promoción de la igualdad de las mujeres relacionadas con la captación y retención del talento femenino. Y cada vez existen más empresas comprometidas con la gestión de la diversidad como valor competitivo.

Desde mi punto de vista, los problemas estructurales han de ser tratados de forma estructural, por ello, abordar la situación de manera multidimensional y coordinada entre las administraciones públicas y las organizaciones empresariales tendrá un efecto multiplicador de gran valor para la remoción y erradicación de las barreras de género relacionadas con el acceso de las mujeres al mercado de trabajo y con el desarrollo de sus carreras profesionales dentro de las empresas en igualdad de condiciones con los hombres.

 

Ana Alonso Psicas AnaAlonso2

Presidenta de FAME y Tesorera de CEA

 

 

Artículo incluido en el especial ‘Hacia una paridad real’ del número de mayo de la revista Agenda de la Empresa