“Se prevé que el crecimiento del PIB evolucione dentro de una senda de gradual desaceleración”
El Banco de España espera que, tras crecer un el 2,6% en 2018, el avance del Producto Interior Bruto (PIB) se sitúe en el 2,4% en 2019, el 1,9% en 2020 y el 1,7% en 2021. Frente a las proyecciones de marzo, las previsiones de crecimiento del PIB se revisan al alza en dos décimas para el conjunto de 2019, en línea con los datos de actividad más recientes, “que revelan una fortaleza de la actividad en el primer semestre del año mayor de la que se anticipaba hace tres meses”.
Según sus nuevas proyecciones económicas de la economía española (2019-2021), tanto para la segunda mitad de este año como para los dos siguientes, la senda de crecimiento del PIB se mantiene “inalterada”, como resultado de “diversos cambios de distinto signo” en los supuestos sobre los que se condicionan las proyecciones.
De esta forma, explica que, por un lado, el menor vigor proyectado de los mercados de exportación es ahora “algo menos favorable” para el dinamismo del producto. Por otro, se anticipan costes
de financiación “algo más reducidos”, en consonancia con el menor nivel esperado de los tipos de interés de acuerdo con los precios negociados en los mercados financieros.
El crecimiento del producto seguirá sustentándose sobre la demanda nacional, aunque su aportación positiva al avance del PIB se moderará a lo largo del horizonte de previsión. La contribución de la demanda externa al avance del PIB se mantendrá próxima a cero.
Por lo que respecta al empleo, se prevé una “moderación progresiva” de los elevados ritmos de crecimiento observados en los últimos años, en consonancia con la desaceleración proyectada de la actividad. La creación de puestos de trabajo permitirá que, a pesar del aumento de la población activa, la tasa de paro disminuya hasta el 12% a finales de 2021.
“En todo caso, se prevé que el crecimiento del PIB evolucione dentro de una senda de gradual desaceleración a lo largo del horizonte de proyección, en un contexto en el que los efectos expansivos sobre el ritmo de crecimiento del producto de las medidas de política monetaria adoptadas en los últimos años se atenuarán progresivamente y el actual tono expansivo de la política fiscal tenderá, de acuerdo con los supuestos técnicos empleados, a tornarse neutral en el medio plazo”, apunta el organismo.