The Body Shop es más que una firma cosmética. Es una empresa activista. Nació hace más de 40 años con la idea, pionera, de que son precisamente los negocios los que tienen fuerza para transformar positivamente el mundo. Es una empresa que no intenta cumplir un estándar interno de RSC, sino que su compromiso ético y sostenible, y su carácter activista, forman parte de su ADN y del de sus trabajadores.
Pionera en campañas a favor de la mujer desde hace décadas, trabaja en problemas tan actuales como la lucha por la prohibición de la experimentación en animales con fines cosméticos, en línea con los ODS 14 y ODS 15; tiene un programa propio de comercio justo llamado Comercio con Comunidades desde hace más de 30 años que influye en el ODS 8 y, como es el caso de su última campaña, la crisis del plástico, que incide en especial en el ODS 12.
Como en todos los aspectos de la vida, cuando uno se compromete de verdad acaba haciendo tan suyo el problema que se involucra a fondo. Tanto es así que, con la crisis del plástico, el objetivo para 2030 de The Body Shop es tener un sistema de circuito cerrado para todos sus envases. Esto significa que reciclaremos o reutilizaremos el 100% de nuestros envases, principalmente reutilizándolos para crear otros envases o mobiliario y accesorios en las tiendas. Además, para entonces usaremos solo tres tipos de plástico (de los 20 actuales) para facilitar el reciclaje a los consumidores. A través de nuestro programa Retorna, Recicla, Repite esperamos recoger un 25% más de envases de los que vendamos, mejorando su huella ecológica y aumentando la disponibilidad de materiales reciclados para otras industrias.
Con nuestra campaña Plásticos con cabeza para 2025, todo el plástico que usemos deberá estar libre de combustibles fósiles y recogeremos el equivalente en peso del 100% de nuestros envases desechados para reusar en sus cadenas de suministro. Y, con la campaña que acabamos de lanzar, a finales de 2021 estaremos usando el plástico reciclado de Comercio con Comunidades en todo nuestro plástico PET.
Pero, como decía, cuando uno se involucra hasta el fondo descubre nuevas perspectivas. Por eso, los objetivos de The Body Shop van más allá de cuidar nuestro planeta. También nos importan mucho las personas que trabajan en él. Y la crisis del plástico ha dado lugar a una economía sumergida de recogida de residuos que afecta a algunas de las personas más marginadas del planeta, muchas de esas personas, mujeres.
Los llamados recolectores viven por debajo del umbral de la pobreza, sufren condiciones laborales pésimas y una fuerte discriminación social. Por ello, hemos comenzado a usar nuestra experiencia en Comercio con Comunidades para trabajar con ellos, gracias a la colaboración de la ONG Plastics for Change. Un programa que pretende transformar la vida de más de 2.500 personas en Bangaluru (India) para 2021, ayudando a que reciban un precio justo por su trabajo, ingresos estables, mejores condiciones laborales, educación, préstamos, servicios sanitarios y el reconocimiento que merecen.
Y no lo hacemos solo como marca. Lo hacemos porque creemos que, desde nuestra posición empresarial, podemos ayudar a cambiar las cosas.
Marisa Gómez de Cadiñanos
External Communications Manager Spain en The Body Shop