El Sevilla F.C. logró en el estadio Hampden Park de Glasgow (Escocia) su segundo título consecutivo de la Copa de la UEFA, una circunstancia que sólo el Real Madrid había conseguido cuando ganó en las ediciones de 1985 y 1986. El conjunto andaluz de Juande Ramos se impuso desde el lanzamiento de penaltis al Espanyol por 3-1, con tres paradas del guardameta sevillista Andrés Palop, después de que el encuentro, prórroga incluida, terminara con empate 2-2, en la primera final de la historia de la competición con dos equipos españoles.

El equipo de Nervión revalidó el título ante un Espanyol que, pese a quedar en inferioridad numérica en la segunda mitad, forzó la prórroga y los penaltis. El Espanyol perdió hace 19 años su primera final europea. La actuación del portero valenciano del Sevilla F.C. le mereció el reconocimiento de la UEFA como mejor jugador.

El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, presenció el encuentro desde el palco de autoridades, junto al presidente del Club, José María del Nido. El conjunto sevillista estuvo acompañado por más de 13.000 aficionados en el estadio, mientras que en la capital andaluza otros tantos acudieron a animar a su equipo desde el Estadio de la Cartuja. Tras el partido, miles de personas se concentraron en torno a la Puerta de Jerez, en pleno casco histórico de Sevilla, para celebrar la victoria.

El equipo que entrena Juande Ramos, clasificado ya para la final de la Copa del Rey y tercer clasificado en la Liga a dos puntos del líder, ha realizado una competición europea muy regular, en la que solo cedió una derrota por la mínima en la semifinal ante el Osasuna y donde ha marcado 26 goles frente a los 13 recibidos.

El fútbol español se convierte en el que más títulos de la Copa de la UEFA ha conseguido. Totaliza once, uno más que Italia e Inglaterra, con los que mantenía una igualdad hasta esta final.