El BBVA obtuvo un beneficio neto de 2.442 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone una caída del 3,7 % respecto al mismo periodo de 2018.

En términos interanuales, el beneficio trimestral fue un 6 % más si se excluye BBVA Chile, es decir, con el mismo perímetro de negocio; o un 2,6 % más, al incluir BBVA Chile.

Este resultado se vio impulsado por el fuerte crecimiento de los ingresos recurrentes, con un aumento de doble dígito en el margen de intereses, y por los menores saneamientos crediticios.

El margen de intereses del Grupo BBVA avanzó un 7,4 % en el primer semestre frente al mismo periodo de 2018 en términos corrientes (9,9% en términos constantes) hasta los 8.987 millones de euros, con una evolución positiva en la mayor parte de las áreas de negocio.

Por su parte, los ingresos por comisiones netas alcanzaron 2.470 millones de euros (1,0% en euros corrientes; 2,8 % en constantes).

La suma de ambas líneas, consideradas los ingresos recurrentes del negocio bancario, crecieron un 6,0% (+8,3% en términos constantes), alcanzando los 11.457 millones de euros.

A pesar de la reducción de los resultados de operaciones financieras (ROF), el margen bruto alcanzó 11.989 millones de euros en el semestre, un 3,7% más que en el mismo periodo del año anterior (6,0 % en términos constantes).

En cuanto a los gastos de explotación (2,3% a tipos de cambio corrientes; 3,9% a tipos constantes), que crecieron por debajo del 6,3 % de inflación promedio registrada en los países en los que BBVA está presente.

En consecuencia, el ratio de eficiencia siguió mejorando, y se situó en el 49,0%, 41 puntos básicos por debajo del dato de 2018 (en términos constantes), y significativamente inferior a la media de los bancos europeos comparables.

Así, el margen neto alcanzó 6.115 millones de euros en el semestre, lo que supone un aumento del 5,2% frente al mismo periodo del año pasado (8,2% en euros constantes).