Este verano no ha sido precisamente un remanso en términos de análisis político y económico entre las preocupaciones generadas por los últimos episodios del Brexit, la guerra comercial entre Trump y China o los riesgos que genera el bloqueo de nuestros políticos y sus estrategias de poder. En medio de todo ha dado tiempo a que medios y redes recogieran algunas referencias interesantes sobre la desigualdad como causa y síntoma de la crisis del sistema económico. Moisés Naim se preguntaba qué hay de nuevo en materia de desigualdad económica en un reciente artículo en El País y señalaba las manifestaciones de preocupación de algunos CEO y grandes fortunas estadounidenses sobre el impacto de la desigualdad.
Angus Deaton, Nobel de Economía 2015 y una de las principales voces académicas sobre desigualdad, adoptaba un tono más alarmante señalando que la desigualdad tiene el potencial de destruir el capitalismo a partir de la exclusión y los desequilibrios políticos que tiende a provocar, ya tan visibles en nuestras sociedades. Sus trabajos con la economista Ann Coase sobre la mortalidad y morbilidad en las economías más desarrolladas expresan con crudeza los efectos de la desigualdad. Parten de la investigación sobre la sorprendente tendencia de crecimiento de las tasas de mortalidad en Estados Unidos, un indicador que tradicionalmente demuestra el progreso de las naciones. Un trabajo inicial de 2015 de estos dos economistas mostraba un sorprendente aumento en la mortalidad entre los estadounidenses blancos no hispanos de edad media (45-54 años) con formación secundaria o menor.
El patrón que han confirmado sus recientes estudios para explicar este ascenso de la mortalidad es que, frente a sus similares en la mayoría del mundo rico, no ocurre lo mismo entre los blancos no hispanos de mediana edad en los EE. UU. Estos ciudadanos han experimentado un aumento de la mortalidad en la edad desde fines de los noventa. La causa es el aumento de las muertes de desesperación (death of despair) por drogas, alcohol y suicidio. El segundo efecto es la desaceleración en el progreso de la lucha contra la mortalidad por enfermedades cardíacas y cáncer, los dos asesinos más grandes en la mediana edad, ligados además al acceso a los servicios de salud y prevención. Case y Deaton documentan una acumulación de dolor, angustia y disfunción social en la vida de los blancos de la clase trabajadora tras el final de la época de progreso económico de principios de los 70 hasta la explosión de la crisis financiera de 2008.
¿Pasa lo mismo en Europa? Las condiciones sociales y políticas en Europa parecen amortiguar la crisis de los sectores más vulnerables a la crisis. Pero hay también manifestaciones suficientemente preocupantes, particularmente en España. El trabajo de la Obra Social de La Caixa y su Observatorio Social está ayudando mucho a cuantificar de manera más exacta y con mejores indicadores los problemas que ha generado la crisis.
El empleo es el principal motor de la desigualdad en España. El análisis de los informes del Observatorio sobre el mercado laboral se centra no sólo en el acceso al empleo, sino también en hacerlo en condiciones adecuadas de trabajo y con un nivel salarial suficiente para alcanzar un nivel de vida digno, que permita evitar la pobreza y la inestabilidad de ingresos. Los indicadores negativos sobre estas condiciones son persistentes.
La magnitud de los problemas relacionados con el empleo en España explica que seamos uno de los países de la Unión Europea que más gasta en políticas de empleo sobre el PIB. Pero, por esa misma magnitud, el esfuerzo es insuficiente y el gasto por persona desempleada es inferior al de países con un menor nivel de renta. La cobertura del sistema de prestaciones de desempleo se ha reducido ante la prolongación del desempleo en algunos sectores.
Romper con los nuevos desafíos del mercado laboral es indispensable para evitar que la desigualdad haga también estragos en la sociedad y para evitar la exclusión de grupos vulnerables de nuestra población. Cambiar el comportamiento diferencial del desempleo de España frente a Europa es otro reto mayúsculo de la economía española.
Pedro Caldentey
Director del Departamento de Economía de la Universidad Loyola Andalucía
@PedroCaldentey