El Consejo Superior de Cámaras de Comercio hizo público ayer su diagnóstico del sector exterior: las exportaciones no crecen tanto como deberían porque sólo el 15% de las empresas que comienzan a vender fuera siguen haciéndolo después de cinco años.

La desaparición temprana de estos nuevos exportadores mengua el tamaño del sector, haciéndolo más vulnerable a factores externos.

“Es un dato dramático y muy alarmante”, alertó ayer el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro, que invitó a una “reflexión conjunta con el Ministerio de Industria y el ICEX para analizar los actuales instrumentos de apoyo a la exportación”.

En opinión del dirigente cameral, “no han resultado muy eficaces” para garantizar la permanencia de las empresas en el mercado exportador, aunque sí reconoció que las medidas son un buen respaldo para las empresas que comienzan a vender fuera. Además, las compañías deben afrontar la desaparición progresiva de la deducción en el Impuesto de Sociedades por actividades de exportación –obligada por Bruselas–, que pasará del 25% al 12% en 2007 y se irá reduciendo en tres puntos anuales hasta desaparecer totalmente en 2011.

Tras aclarar que “no se trata de una crítica”, Gómez Navarro instó al Gobierno a resolver “un problema cultural: que no somos agresivos en la salida de la exportación”. Entre los objetivos, citó la necesidad de reforzar la imagen país de España, ya que en mercados como el latinoamericano “no facilita vender productos industriales”.

El estudio de Cámaras señala que sólo 1.000 empresas absorben el 65,2% de la exportación, a pesar de que el número de empresas exportadoras creció un 17%. Sobre el total de empresas españolas –3 millones– sólo un 2,5% de ellas –77.300 sociedades– han iniciado alguna actividad en el exterior. Pero los resultados de su actividad son pobres: el 59% de ellas vende en un solo país y, de hecho, un 29% de las que empiezan a exportar deja de hacerlo un año después.

Para Gómez Navarro, esta escasa vocación exterior responde a la pujanza de la demanda interna, ya que “los grandes impulsos exportadores se han dado con las crisis de la demanda interna”. Además, constató la ausencia de un efecto arrastre por la salida de las grandes empresas al exterior. “Sólo se ha dado en algunas industrias, pero no se ha mantenido a largo plazo”, apuntó.