El segundo turoperador global y el más antiguo del mundo con 178 años de historia, Thomas Cook, ha quebrado tras no poder asegurar los 200 millones de libras (227 millones de euros) que necesitaba como fondos extra para poder garantizar su supervivencia, según ha confirmado este lunes la Autoridad de Aviación Civil británica (CAA).

La compañía, que emplea a 22.000 personas -9.000 en el Reino Unido-, “ha cesado sus operaciones con efecto inmediato”, dejando de vacaciones a 600.000 turistas, entre ellos 150.000 británicos.

El Gobierno británico ha dispuesto que se inicie un programa de repatriación durante las próximas dos semanas, que se iniciará este lunes para así de devolver a los turistas al Reino Unido.