Cada comienzo de año supone siempre -en las instituciones, organizaciones y empresas y también personalmente para cada cual- un ejercicio de prospectiva sobre el nuevo período, los retos que nos planteamos, las dificultades que atisbamos y, en definitiva, lo que esperamos del nuevo año.

En Fundación Cajasol hemos terminado el 2019 alcanzando un objetivo por el que hemos venido trabajando intensamente en los últimos años: completar la reforma del edificio de nuestra sede sevillana en la Plaza de San Francisco para convertirla en un referente, creo que único en Andalucía y posiblemente en toda España, como una Gran Manzana Cultural que ha ampliado notablemente nuestra capacidad como impulsores de la cultura y otras muchas actividades que, si ya mantenían un ritmo intenso, ahora van a verse multiplicadas.

Lo hemos conseguido sin paralizar ni un solo momento nuestro ambicioso calendario de actividades en el que ya saben que el impulso a la cultura ocupa un lugar preferente, pero en el que se entremezclan, además, iniciativas vinculadas al emprendimiento, a los sectores productivos y a los retos de modernización de nuestra economía, y, por supuesto, a la fuerte vocación social de nuestra Fundación, con numerosos programas de ayuda a los más necesitados.

Los resultados están a la vista de todos: hemos logrado transformar nuestra sede hasta lograr siete espacios culturales complementarios e independientes, que han tomado nombres de algunos de los muchísimos creadores de gran talla y prestigio que nos ha dado nuestra historia.

Desde la Salas Murillo y Antonio Machado, inauguradas en el 2016, hasta la reforma integral de nuestro Teatro Cajasol, pasando por la apertura de la zona expositiva de nuestra primera planta, concebida como un gran espacio diáfano con capacidad para sectorializarse y recoger los nuevos lenguajes y corrientes artísticas, al que hemos bautizado con el nombre de ‘Vanguardias’, en lo que no les oculto supone toda declaración de intenciones, hemos ido avanzando sin descanso.

Además, lo hemos hecho pensando siempre en satisfacer las necesidades de la sociedad. Así, hemos dotado al centro de la ciudad de una avanzada biblioteca -la Gustavo Adolfo Bécquer-, que paulatinamente se está convirtiendo en el gran centro literario del Sur de España.

El último espacio de nuestra Gran Manzana ha sido la Sala Velázquez, con la que nuestra Fundación completa una oferta de espacios culturales y expositivos que supera los 12.000 metros2, intercomunicados entre sí y que completan la visión global de un edificio, cuyo origen data del Siglo XVI y que había que respetar como Bien de Interés Cultural, que al mismo tiempo, respondiera a una visión moderna de la arquitectura, garantizando la accesibilidad para todos y los criterios de sostenibilidad energética.

Estas referencias al año que termina y a los frutos que ha dado era obligada para afrontar el nuevo año 2020, porque hemos fortalecidos nuestros pilares para incrementar en calidad, cantidad y diversidad nuestra oferta.

Si en 2019 superamos la cifra de 400.000 visitantes, con esta ampliación -que no es pasado, sino garantía  trampolín de futuro- estamos convencidos de que en el nuevo año que ahora empieza ampliaremos esa ya de por sí notable cifra, a la que hay que sumar las muy numerosas que participan en los actos y eventos en los que Fundación Cajasol colabora con otras entidades en muchos puntos de Andalucía y, por supuesto, en nuestras sedes de Huelva, Cádiz y Córdoba.

En todas ellas les esperamos en el nuevo 2020.

 

Antonio Pulido Antonio Pulido WEB opinion

Presidente

Fundación Cajasol

 

Artículo incluido en el anuario de la revista de enero de Agenda de la Empresa