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Revista de febrero de Agenda de la Empresa
Desde este observatorio privilegiado que es Agenda de la Empresa, venimos comprobando desde hace años que incrementar la ocupación y la presencia de la mujer en el tejido empresarial no es una cuestión solo de equidad, sino que supone una inyección de valor al sistema productivo de una nación y a su tejido económico. Entre otras cosas y, así se viene demostrando en las últimas décadas, la incorporación de la mujer a la vida laboral incide positivamente en el Producto Interior Bruto con porcentajes muy significativos. A nivel empresarial, como muestran los estudios que viene realizando en los últimos años el Fondo Monetario Internacional, la presencia de la mujer en puestos directivos también aumenta significativamente los rendimientos y los beneficios.
Las empresas se enriquecen y aumentan su valor siempre desde la diversidad. La diversidad que aporta la contribución de lo femenino y de lo masculino, no solo amplía y complementa visiones y aspectos estratégicos, sino que permite también proyectarse mejor y conectar con mayor eficacia con el mercado y la misma sociedad, cuya principal característica es, precisamente, su color heterogéneo.
En el Foro Mujer y Empresa que celebramos el pasado 13 de diciembre, organizado por Prodetur en colaboración con Mujeremprendedora, la revista europea líder en emprendimiento femenino, y Agenda de la Empresa, pudimos profundizar en el papel de la mujer en el tejido empresarial, conociendo al mismo tiempo muchas iniciativas desde el sector asociativo.
Somos conscientes, porque lo constatamos ya, de que esta nueva década que iniciamos con 2020 estará caracterizada por un incremento importante de la presencia de la mujer en las empresas, ya que la salida de la esfera privada para participar activamente en casi todos los sectores y profesiones es algo imparable. También constatamos que la conciliación para el buen desarrollo de la vida familiar y personal y el desarrollo de la vida profesional tanto de los hombres como de las mujeres sigue siendo un reto incuestionable.
Por otra parte, cuando hablamos del binomio “mujer y empresa”, las fortalezas también parecen a veces convertirse en deficiencias, o más bien, en las mujeres se convierten en tales. Vamos a explicarlo mejor: el hecho de que las conexiones neuronales entre el hemisferio derecho, utilizado para el pensamiento creativo, y el hemisferio izquierdo, utilizado para el pensamiento lógico, estén más desarrolladas en las mujeres que en los hombres, permite a ellas calcular de antemano los riesgos y beneficios de cada elección o acción que se quiera afrontar. Trabajar, tener hijos… En este caso, sin embargo, es precisamente esta especialización hemisférica hiperconectada la que detiene a muchas mujeres cuando quieren comenzar cualquier proyecto nuevo, como un nuevo negocio o una carrera profesional, proyectando una cierta parálisis en su avance por las dificultades reales que todavía existen para la incorporación de la mujer al mundo del trabajo. Es esa naturaleza previsionaria genéticamente inherente en el ADN lo que impulsaría a hacerlo, precisamente porque se está “genéticamente predispuesto”, ¡a saber cómo funcionará! Sin embargo, la certeza de que será imposible conciliar vida familiar y profesional hacen que una de cada dos mujeres se siga quedando en casa o no pueda aspirar a puestos de mayor responsabilidad. Se necesita un cambio de cultura y un cambio de modelo de empresa. Sin la aportación de lo femenino, la empresa no podrá proyectarse con una visión verdaderamente humanista de la Vida, mucho más acorde con lo que exigen los tiempos que corren.
Manuel Bellido
Director de Agenda de la Empresa
Presidente de Grupo Informaria