Su menor alza desde el segundo trimestre de 2018

El coste laboral varía un 0,8% en tasa anual en el primer trimestre de 2020 y se sitúa en 2.570,32 euros por trabajador y mes. Según explican desde el Instituto Nacional de Estadística (INE), esta moderación en su crecimiento respecto a los cuatro últimos trimestres se debe, fundamentalmente, a la situación sobrevenida con la declaración del estado de alarma que suspendió de forma temporal diversas actividades económicas en la segunda quincena de marzo.

Los trabajadores afectados por este cierre temporal acogidos a ERTE continúan perteneciendo a la plantilla de sus empresas, pero no son remunerados con salarios sino con prestaciones aportadas directamente por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y en algunos casos, complementadas por las propias empresas. Además, las cotizaciones sociales a cargo de los empleadores de estos trabajadores están exoneradas en su mayor parte.

Del coste total por trabajador y mes en el que incurre un empleador por la utilización del factor trabajo, 1.889,78 euros corresponden a salarios y 623,82 euros, a cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social. El resto corresponde a indemnizaciones, prestaciones sociales…

El coste salarial, que comprende salario base, complementos salariales, pagos por horas extraordinarias, pagos extraordinarios y pagos atrasados, medidos en términos brutos, sube un 0,7% en tasa anual, pasando de 1.876,19 a 1.889,78 euros por trabajador y mes. Si se excluye el factor variable de los salarios (pagos extraordinarios y atrasados), se obtiene el coste salarial ordinario, que varía un 0,9%.

Los otros costes (no salariales) aumentan un 1,0%. Su principal componente, las cotizaciones obligatorias a la Seguridad Social, crece un 1,3%. En la variación de las percepciones no salariales destaca la disminución de las indemnizaciones por despido y de las otras percepciones no salariales (indemnizaciones por fin de contrato, pagos compensatorios, pequeño utillaje, ropa de trabajo, selección de personal, etc.).

El coste laboral por hora crece un 4,8%. Este incremento, superior al del coste por trabajador, se debe a la bajada del 3,8% en el número de horas efectivas de trabajo debido, fundamentalmente, a la pandemia provocada por el COVID-19 y la declaración del estado de alarma que afectó a las dos últimas semanas del mes de marzo Si se elimina el efecto estacional y el de calendario, el crecimiento estimado del coste hora es del 4,2%.

Durante el primer trimestre de 2020, la jornada semanal media pactada por trabajador, considerando conjuntamente tiempo completo y tiempo parcial, es de 34,2 horas. De estas, se pierden 4,7 horas a la semana, de las cuales 2,0 son por vacaciones y fiestas disfrutadas, 1,4 horas se deben a bajas por incapacidad laboral y 0,7 horas no se han trabajado por razones técnicas, económicas, organizativas, de producción y/o fuerza mayor -incluye el tiempo no trabajado de los trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE)-.

El resto de horas no trabajadas (0,6) se deben a otras posibles causas como maternidad o paternidad, otros permisos remunerados, conflictividad laboral, etc.