Desde que empezó la terrible crisis sanitaria por el COVID-19, lo primero para los empresarios ha sido preservar la salud y la seguridad de los ciudadanos. Pero a la crisis sanitaria le sigue la económica y las previsiones de todos los organismos internacionales para España son desoladoras, situándola a niveles de la postguerra. Nunca habíamos vivido una bajada tan drástica de la actividad del tejido productivo en este país, que en algunos casos se ha ido directamente a cero. Muchos empresarios se han visto obligados a cerrar temporal o definitivamente los negocios que suponen el sustento de miles de familias.

La realidad es que las consecuencias de esta crisis pueden ir a peor si no se van adoptando medidas concretas y eficientes que consideren la situación real de las empresas. Especialmente, cuando más del 95% del tejido productivo en este país son pymes, micropymes y autónomos. En el último año el 90% de las compañías tenía menos de diez trabajadores, según CEPYME, lo que sitúa al tejido productivo español en una posición de mayor vulnerabilidad frente a la pérdida de ingresos.

Necesitamos medidas que supongan un salvavidas para nuestras empresas, al menos mientras dure la tormenta, es decir, que les permita llegar vivas a la recuperación. Nos jugamos con ello miles de puestos de trabajo. Para ello es necesario crear marcos de fiscalidad y de costes de financiación favorables para hacer frente a los compromisos de pagos y aportar liquidez para poder respirar.

Del mismo modo, es fundamental que las distintas administraciones, empezando por el Gobierno de España, garanticen la estabilidad jurídica, política y económica. Son momentos difíciles donde tenemos que tomar decisiones complicadas, por lo menos saber que las reglas de juego no cambiarán de un día para otro. Esto es imprescindible para generar la confianza que facilite la inversión y el desarrollo económico y social. Ahora más que nunca tiene que existir un clima favorable de actividad empresarial que apoye a las empresas y a los autónomos, como generadores de empleo y riqueza.

Así, los terribles efectos de esta crisis sanitaria sobre la economía nos han llevado desde el primer momento también a movilizarnos para defender no solo nuestros intereses y los de todas las empresas, sino a poner a disposición de los empresarios toda la información que les permita tomar decisiones con conocimiento de lo que ocurre y de lo que queda por venir. Desde las confederaciones empresariales hemos puesto a disposición de los empresarios, a través de múltiples plataformas, todas las actualizaciones legislativas, diferentes cursos de formación y nuestros servicios gratuitos de asesoría.

Además, desde las organizaciones empresariales, la CES, la CEA, CEPYME y CEOE, estamos en continua comunicación con las administraciones exponiendo nuestras reivindicaciones y nuestras necesidades como empresa. La suma de todos, nos hace más fuertes y las administraciones son las primeras que saben el significado de esa unión.

Concretamente, desde la CES hemos estado informando a las distintas administraciones de las propuestas de los empresarios de la provincia para hacer frente a la crisis que se vienen recogiendo en el documento “Propuestas para el desconfinamiento”, que hemos elaborado en colaboración con todas las asociaciones sectoriales y territoriales.

La colaboración entre empresarios y administraciones, así como el diálogo social es fundamental para que podamos salir cuando antes de esta crisis. Tenemos que caminar unidos porque solo juntos saldremos adelante.

 

Miguel Rus Palacios Miguel Rus Palacios WEB opinion

Presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES)