El 74,3% del volumen de agua disponible para el riego en el año 2018 fue de origen superficial
El volumen de agua de riego usado por las explotaciones agrarias ascendió a 15.495 hectómetros cúbicos en 2018, un 3,7% respecto a 2016, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Por técnica de riego, el uso de agua de regadío por goteo (riego localizado) se incrementó un 6,4%, el riego por gravedad aumentó un 2,8% y el riego por aspersión un 0,7%.
Por tipo de cultivo, los herbáceos (cereales, leguminosas, arroz, maíz y cultivos forrajeros), que representaron el 54,6% del volumen total del agua de riego, utilizaron un 1,7% más de agua que en 2016. Los otros tipos de cultivos (cultivos industriales, flores, plantas ornamentales, etc.) registraron el mayor aumento de agua utilizada (del 15,4%). Por su parte, los volúmenes de agua se incrementaron un 5,7% en los frutales, un 3,4% en patatas y hortalizas y un 0,3% en el olivar y viñedo.
El 74,3% del volumen de agua disponible para el riego en el año 2018 fue de origen superficial. Por su parte, un 23,9% tuvo origen subterráneo y un 1,8% procedió de otros recursos hídricos, como agua desalada (marina o salobre) o regenerada (proveniente de las estaciones de depuración de aguas residuales).
Entre las comunidades que superaron el 1,0% del total de las superficies de regadío, las que más agua de riego usaron en 2018 fueron Andalucía (26,9% del total), Castilla y León (14,4%) y Aragón (13,4%). Y las que menos, La Rioja (1,0%), Comunidad Foral de Navarra (2,8%) y Región de Murcia (3,2%). Las tres comunidades en las que más se incrementó el uso de agua de riego fueron Extremadura (12,7%), Castilla y León (10,9%) y Comunidad Foral de Navarra (10,7%). Por el contrario, Castilla La Mancha (–7,9%), La Rioja (–6,3%) y Región de Murcia (–5,8%) fueron las comunidades autónomas en las que más disminuyó el uso de agua de riego.