Por un lado, se termina el impulso favorable que la campaña de verano, aunque escasa, ha supuesto sobre el empleo desde el final del Estado de Alarma (21 de junio).

Por otro lado, a la espera de la posible incidencia de nuevos rebrotes del virus, no hay expectativas de una mayor destrucción de empleo durante el último trimestre del año, habida cuenta de la más que probable prórroga de los ERTE en los sectores más vulnerables a posibles restricciones de la actividad (hostelería, comercio).