Descarta una recuperación económica temprana
El Banco de España ha planteado este miércoles dos escenarios alternativos para el tercer trimestre, cada uno de los cuales constituye el punto de partida para un escenario diferenciado a lo largo de todo el horizonte de proyección, ya que “las perspectivas económicas en el corto y medio plazo siguen estando muy condicionadas por la evolución epidemiológica, aspecto sobre el que aún persiste una elevada incertidumbre”.
La principal diferencia entre estos dos escenarios viene dada por los supuestos sobre la evolución de la pandemia a lo largo de los próximos trimestres, lo que, a su vez, condiciona el grado de severidad de las medidas de contención que eventualmente será necesario desplegar y su consiguiente impacto en la actividad económica. Ambos escenarios comparten el supuesto de que la disponibilidad de una solución médica efectiva frente al COVID-19 tras el segundo trimestre de 2021 permitirá levantar las posibles medidas de contención que se mantuviesen activas hasta entonces.
El escenario 1 contempla la aparición de rebrotes que, sin embargo, requerirían solamente de medidas de contención de ámbito limitado, tanto desde el punto de vista geográfico como de las ramas afectadas. Estas medidas causarían alteraciones adicionales relativamente limitadas de la actividad económica, cuya incidencia sería más acusada en las ramas vinculadas al ocio y la hostelería (y, desde el punto de vista de la demanda, al turismo), mientras que la actividad en el resto de ramas productivas solo se vería afectada de forma indirecta a través de los efectos de arrastre sectoriales.
El escenario 2, en cambio, contempla una mayor intensidad de los rebrotes de la pandemia en el corto plazo. Si bien se asume que la contención de dichos rebrotes no llegaría a precisar de la aplicación de medidas de distanciamiento social tan estrictas y generalizadas como las que estuvieron en vigor antes del inicio de la desescalada, sí se contempla que dichas limitaciones, además de perjudicar con mayor intensidad la actividad de las ramas de servicios también pudieran tener una incidencia directa (y no solo a través de los efectos de arrastre) en el grado de dinamismo del resto de ramas productivas.
Bajo estas consideraciones, en el escenario 1, el producto de la economía registraría un descenso del 10,5% en media anual en 2020, caída que se ampliaría hasta el 12,6% en caso de materializarse la situación epidemiológica más desfavorable que subyace a la construcción del escenario 2. No obstante, el repunte de la actividad que se prevé en el segundo semestre de este año, tras el histórico desplome registrado en el primero, ejercería un efecto arrastre positivo sobre la tasa media de crecimiento del PIB en 2021, que alcanzaría el 7,3% en el escenario 1, y se quedaría en el 4,1% en el escenario 2, como consecuencia, en este segundo caso, de la mayor incidencia de la pandemia hasta mediados del próximo año.
La prolongación de la recuperación daría lugar a avances más modestos de la actividad en 2022. En cualquier caso, al final de 2022, el nivel del PIB se situaría unos 2 puntos porcentuales (pp) por debajo del nivel previo a la crisis en el escenario 1, brecha que se ampliaría hasta algo más de 6 pp en el escenario 2.
Mercado laboral y cuentas públicas
El organismo destaca que el impacto de la crisis sanitaria en el mercado laboral y en las cuentas públicas será “relativamente persistente”. El total de horas trabajadas experimentaría un descenso “muy pronunciado” en el promedio de 2020, que ascendería al 11,9% en el escenario 1 y al 14,1% en el escenario 2. A pesar de que el repunte de esta variable, que comenzó con el proceso de desescalada, proseguiría a lo largo del resto del horizonte de proyección, el número de horas trabajadas totales sería aún, al final de 2022, un 4,5% y un 8,3% inferior al previo al COVID-19 bajo los escenarios 1 y 2, respectivamente.
Por lo que respecta a las cuentas públicas, se estima que el déficit de las AA. PP. registrará un fuerte aumento en 2020, situándose en el 10,8% y el 12,1% del PIB en cada uno de los dos escenarios considerados. A pesar de que estas ratios disminuirían a largo del horizonte de proyección, el déficit público aún permanecería en 2022 en cotas muy elevadas. Por su parte, la deuda pública experimentaría en 2020 un aumento de más de 20 pp en el escenario 1 y de unos 25 pp en el escenario 2 hasta situarse en el 116,8% y el 120,6% del PIB, respectivamente. Esta ratio continuaría aumentando en los dos años siguientes; en mayor medida, en términos acumulados, en el escenario 2.