Esperan beneficiar a más de 11.000 MiPyME impactadas por la crisis

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha concedido un crédito de 750 millones de dólares a Brasil que apoyará la sostenibilidad financiera de corto plazo y promoverá la recuperación económica de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyME) como sostén del empleo y para hacer frente a la crisis del COVID-19.

El proyecto tiene un apoyo multisectorial, a través de financiamiento productivo, donde la toma de créditos estará sujeta a la demanda para el acceso de líneas que esperan beneficiar a más de 11.000 MiPyME impactadas por la crisis.

Los recursos del programa serán utilizados por el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES) para otorgar créditos a MiPyME, a través de la red de Instituciones Financieras Acreditadas, para subsanar la escasez de capital a corto plazo, superar problemas temporales de liquidez y dar continuidad a su operación. También se impulsará la recuperación de la inversión productiva y adquisición de activos productivos como maquinaria, equipos, vehículos, bienes y servicios para la producción.

De acuerdo con una reciente encuesta sobre el impacto del COVID-19 en pequeños negocios, el 88,9 por ciento de los empresarios brasileños reporta caídas en sus ingresos, del orden del 69 por ciento en promedio, en comparación con una semana normal. Además, el 58,9 por ciento indica que interrumpió temporalmente su funcionamiento, y cerca del 68,1% dice necesitar financiación para mantener la empresa funcionando sin reducir el número de empleados.

En este contexto, este financiamiento constituye un elemento esencial de apoyo a la MiPyME para aumentar la probabilidad de que aquellas con ventajas competitivas puedan entrar, establecerse y crecer en el mercado, así como reducir las brechas de productividad gracias a la disposición de recursos para la modernización productiva y la inserción en los mercados. Además, se busca asegurar su supervivencia ante shocks adversos, principalmente a la luz del aumento en la restricción crediticia asociado a los tiempos de crisis.

Para defender el tejido productivo de Brasil afectado por las dificultades económicas asociadas a la crisis del COVID-19, el desafío es mantener operando al mayor número posible de MiPyME que eran comercialmente viables antes de la crisis, así como apoyar la recuperación de aquellas que puedan seguir funcionando con normalidad a través del financiamiento a inversiones productivas.

El crédito del BID tiene un plazo de 25 años, un período de gracia de cinco años y medio y tasa de interés basada en LIBOR. La contraparte local será de 150 millones de dólares.