En el último informe de Perspectivas económicas de la OCDE se señala que el Producto Interior Bruto (PIB) mundial podría retroceder este año un 4,5%, alrededor de 1,5 puntos porcentuales (p.p.) menos de lo previsto antes del verano, debido principalmente a una mejor evolución de lo previsto en China y EE. UU. en la primera mitad del año. Para 2021, este organismo estima un crecimiento de la economía mundial del 5%, si bien el nivel de producción de muchos países seguiría siendo inferior al de finales de 2019.

La caída prevista del PIB en 2020 para el conjunto de la Zona Euro se sitúa en torno al 8%, una tasa similar a la estimada por el Banco Central Europeo en sus recientes proyecciones (-8,7% estimado el pasado junio), aunque esta caída podría alcanzar el 10% en un escenario más pesimista. El organismo supervisor considera que sigue siendo necesario mantener los estímulos monetarios para apoyar la recuperación económica y la estabilidad de precios a medio plazo. La información más reciente muestra un repunte de la actividad, aunque continúa por debajo de los niveles previos a la pandemia y la recuperación parece haber perdido dinamismo, estando sujeta la fortaleza de la recuperación a una elevada incertidumbre que continúa lastrando el gasto en consumo y la inversión.

Dentro de la Zona Euro, la economía española es la que ha registrado una mayor contracción de la actividad en el segundo trimestre, disminuyendo el PIB en volumen un 17,8% respecto al trimestre anterior y un 21,5% en términos interanuales (-11,8% y -14,7% en la Zona Euro, respectivamente), según las últimas cifras del INE, que ha revisado ligeramente las publicadas en el avance del pasado 31 de julio. El consumo privado y la inversión han disminuido alrededor de un 25% con relación al segundo trimestre de 2019, en tanto que la caída de las exportaciones ha sido cercana al 40%, con un comportamiento aún peor de las exportaciones de servicios turísticos de lo estimado a finales de julio (-99,2%).

Las restricciones a la movilidad han provocado que la entrada de turistas por frontera en el segundo trimestre del año haya sido prácticamente inexistente, acumulando hasta julio una caída superior al 70% con relación a 2019. En Andalucía, la demanda extranjera ha mostrado una evolución similar, si bien es cierto que la demanda nacional tiene un mayor peso en la región andaluza que en el conjunto de España, y tanto en julio como en agosto ha sido la Comunidad Autónoma que ha recibido más viajeros españoles. No obstante, en lo que va año la demanda nacional se ha reducido a menos de la mitad que en 2019 y la demanda extranjera solo ha sido una cuarta parte de la estimada el pasado año. Esta negativa evolución está lastrando, sin duda, la recuperación, ya que hay que recordar que España es uno de los países de la Eurozona con un mayor peso de las exportaciones de servicios turísticos en el total de exportaciones y en el PIB.

En este contexto, las últimas proyecciones del Banco de España apuntan a una caída del PIB del 10,5% para este año 2020, que podría alcanzar el 12,6% (el Panel de expertos de FUNCAS prevé un descenso del 12%) en un escenario de mayor intensidad de los rebrotes y mayores restricciones. Tanto para 2021 como para 2022 se prevén crecimientos, pero en cualquier caso a finales de este periodo el nivel de producción se situaría aún por debajo del previo a la crisis.

Los riesgos para el crecimiento siguen orientados a la baja, fundamentalmente por la evolución de la pandemia, sin olvidar la posibilidad de que el Brexit no culmine en acuerdo tras el periodo transitorio o las tensiones comerciales entre EE. UU. y China. Sin embargo, el programa de recuperación europeo (Next Generation EU) podría actuar en sentido contrario, aunque aún se desconocen los detalles.

Algunos de los datos publicados más recientemente, caso del índice de producción industrial o las ventas en grandes empresas, registran caídas más moderadas que en el segundo trimestre, si bien parece haberse ralentizado el ritmo de recuperación de la actividad. En este sentido, el indicador compuesto adelantado de actividad de la OCDE muestra en agosto, por segundo mes consecutivo, un retroceso para el caso de España, tras la mejora en los meses de mayo y junio, mientras prosigue la recuperación en el conjunto de la Zona Euro, aunque a menor ritmo.

También el crecimiento de la afiliación a la Seguridad Social ha registrado una cierta ralentización en el mes de agosto, creciendo el número de trabajadores un 0,04% respecto al mes anterior. En el caso de Andalucía, el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social ha crecido a una tasa similar a la de julio, aunque la afiliación continúa siendo un 3% inferior a la del mismo mes de 2019 (-2,7% en España).

El crecimiento mensual de la afiliación ha superado el 1% en Cádiz y Málaga, provincias muy vinculadas al turismo, aunque estas son también las que registran mayores caídas del empleo en términos interanuales. Estas dos provincias, junto con Sevilla, son las que concentran un mayor número de trabajadores en situación de ERTE por fuerza mayor, destacando Málaga (30% del total de Andalucía). Alrededor de un 80% de estos trabajadores han salido de esta situación desde abril, aunque en agosto se ha ralentizado el ritmo de salida.

 

Felisa Becerra BenítezFelisa-Becerra-web

Analistas Económicos de Andalucía

www.analistaseconomicos.com

 

Artículo incluido en la edición de octubre de Agenda de la Empresa