Especial Agenda de la Empresa

 

 

En efecto social silente de la pandemia es el aumento de la desigualdad entre hombres y mujeres. Aumento del paro femenino frente a una exigua bajada del masculino, desde que comenzó el estado de alarma hasta agosto.

El paro femenino ha aumentado, desde marzo a agosto, en 28 mil mujeres, mientras el masculino se ha reducido en 16 mil trabajadores. También ha aumentado el número de trabajadoras que se acogen a reducción jornada para cuidados de los niños y de los mayores, a veces del 100% de su horario; aumento de peticiones de permisos y excedencias; aplicación del teletrabajo no regulado: el teletrabajo ayuda a la conciliación siempre que esté regulado, si no, es otro factor más de desigualdad.

Los planes de conciliación aprobados por el Gobierno central tienen medidas positivas, pero deben mejorarse, ahora que ha empezado el curso escolar, en el seno del Diálogo Social, complementando el salario a las personas que soliciten reducción de jornada para cuidados en el hogar, cuando concurran circunstancias excepcionales por la COVID-19, tales como el cierre de colegios o que la persona cuidadora no pudiera seguir haciéndolo.

En nuestra comunidad autónoma, UGT Andalucía ha propuesto al Gobierno andaluz en diversas ocasiones medidas para promocionar la conciliación, como han hecho otras comunidades autónomas como Murcia y Euskadi.

En cuanto al trabajo a distancia, nos hemos encontrado que las mujeres han aumentado sus horas de cuidado en casa durante el estado de alarma, y las que han podido teletrabajar han tenido que compaginar vida laboral y responsabilidades familiares, sin facilidades. Además, hay muchos sectores feminizados que han sido y son trabajos esenciales que no permiten el trabajo a distancia, como las camareras de piso, las limpiadoras, las cuidadoras a domicilio…

Los efectos laborales de la pandemia no son iguales para hombre y mujeres, y en situaciones de emergencia, como ésta, los estereotipos tradicionales reviven con fuerza. Tenemos tarea pendiente para que los planes de igualdad en las empresas no sean papel mojado, y que se aprueben ya, donde no los haya. Además, son necesarias campañas de sensibilización social para que hombres y mujeres repartan responsabilidades familiares.

Pero si hay algo que impulsa a la igualdad real es que los emprendedores sean mujeres. Por eso quiero felicitar a la Federación Andaluza de Mujeres Empresarias, FAME, en su vigésimo aniversario, y a su presidenta, Ana Alonso, como su representante.

 

Carmen Castilla Carmen Castilla WEB

Secretaria General

UGT-A

 

Artículo incluido en la edición de octubre de Agenda de la Empresa