XXII Informe Loyola Economic Outlook de la Universidad Loyola en colaboración con CEA

Las perspectivas económicas para España y Andalucía 2020-2021, presentadas en la edición de otoño del XXII Informe Loyola Economic Outlook (LEO), dibujan una situación económica para los próximos meses marcada por la incertidumbre debido a la evolución de la pandemia de la COVID-19. Señalan que la normalidad económica y la creación de empleo en Andalucía no volverán hasta el año 2022.

La presentación de esta entrega del Informe LEO, celebrada en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), ha contado con la participación de Luis Fernández-Palacios, secretario general de CEA, y de Olexandr Nekhay, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Loyola y director del informe.

Previsiones económicas en el escenario base

El escenario macroeconómico del Informe LEO está basado en una recuperación parcial de la actividad económica que no incluye restricciones a la movilidad y a la actividad económica como las impuestas durante el estado de alarma de marzo de 2020. Por ello, es importante resaltar que el sesgo de posibles revisiones del cuadro es a la baja, y dependerá de la relevancia de las zonas geográficas afectadas por dichas medidas y su duración en el tiempo durante el cuarto trimestre de 2020.

En lo que respecta al cuadro macroeconómico previsto para 2020 y 2021 en España, las previsiones advierten en una fuerte caída en la actividad económica para 2020 (-11,6%), pero que vendrá seguida por un rebote entre el 6,2% y el 6,9% para 2021. La caída esperada del PIB para 2020 es compatible con crecimientos trimestrales robustos de la actividad económica en 2020T3 y 2020T4 (13,0% y 3,1%, respectivamente). En caso de que la incertidumbre ante las nuevas medidas de restricción a la movilidad provocase un estancamiento del crecimiento de la actividad económica en el último trimestre del año, el PIB de 2020 podría sufrir una caída de hasta el 12,2%.

Estas cifras plantearían, en cualquier caso, una recuperación en forma de “U”, en comparación a la prevista inicialmente en forma de “V”. Una perspectiva que también considera en su informe más reciente el Banco de España, que prevé una recuperación gradual de la actividad y del empleo que no se hará del todo palpable hasta 2022. En este contexto, España no recuperaría los niveles pre-pandemia de febrero del presente año hasta el año 2023. Será clave, por tanto, el equilibro entre medidas sanitarias y estímulos económicos procedentes tanto de la UE como del Gobierno hasta la llegada definitiva de una vacuna eficaz contra la COVID-19.

Impacto negativo en el sector turístico

La paralización de la actividad económica como consecuencia de la aplicación de medidas sanitarias que minimizan el contacto social ha impactado muy negativamente en el sector turístico, que durante los últimos años ha tenido un papel significativo en la recuperación de la economía española. Su fuerte caída en el año 2020 y su esperable lenta recuperación para 2021 reflejan un escenario exterior cambiante para España, con una fuerte caída de las exportaciones para 2020 (-22,7%) que pone en riesgo el saldo positivo de la balanza por cuenta corriente.

Por su parte, la caída del consumo de los hogares ha sido evidente y podría ser ligeramente superior a la prevista inicialmente para 2020 (-13,3%), aunque con un mayor rebote esperado para 2021 (7,2%). Esta caída en el consumo de los hogares contrasta con el crecimiento en el consumo del sector público para 2020 y 2021, dado el alto volumen de adquisiciones realizadas por el Estado para la provisión de material sanitario.

Previsiones para Andalucía

Los indicadores económicos de Andalucía muestran, por lo general un mejor comportamiento económico en los últimos meses, posiblemente como consecuencia de la mejor situación epidemiológica, que permitió, en general, una desescalada más rápida, así como una mejor temporada turística que en el resto de España. Por ello, los autores del estudio esperan una caída del PIB regional entre el 11,2% y el 11,7%, unas tres o cuatro décimas menos que la del PIB nacional.

En cualquier caso, la dependencia a la caída de la demanda nacional y exterior, por una mayor preponderancia del sector turístico en la región, pone de manifiesto un escenario adverso que únicamente mejorará en 2021, aunque en una medida inferior a la prevista inicialmente. El PIB regional podría expandirse entre un 6,0% y un 6,7% en dicho año.

En cuanto al empleo, en el escenario de referencia se prevé una importante caída del número de ocupados de aproximadamente un 3,6% para 2020 y de un 1,3% para el año 2021, tras el agotamiento de los ERTE a lo largo del año, y el ajuste que las empresas hagan en sus plantillas. En lo que respecta a la tasa de desempleo, se espera que alcance un máximo del 25% de la población activa para 2021. En este contexto de crisis sanitaria, no sería hasta 2022, una vez superada la pandemia, cuando la región regresara a la normalidad económica y a la creación de empleo.

A la luz de estos datos, el secretario general de CEA ha subrayado la importancia de realizar un “seguimiento permanente a las restricciones establecidas para no alargarlas más de lo necesario, aunque siempre desde el cuidado de la salud. Y, entre tanto, reforzar y ampliar las medidas dirigidas a proteger la actividad y empleo en nuestras empresas”. Para Fernández-Palacios, “las medidas implementadas en primavera han demostrado ser eficaces, pero con efectos que venían limitados en el tiempo. Por ello será necesario prolongarlas a 2021. Las nuevas restricciones, necesarias, añaden nuevas dosis de incertidumbre en el día a día de pymes y autónomos”.