La Compra Pública de Innovación (CPI) es una herramienta en auge y que tiene un doble beneficio: por un lado, su capacidad de modernizar las administraciones y los servicios a los ciudadanos y, por otro lado, su gran potencial de estimular la I+D+i empresarial. En los momentos de incertidumbre que atravesamos debido a la crisis por la pandemia de la COVID-19, es una herramienta perfecta para impulsar la innovación empresarial, necesaria para la reactivación económica y para garantizar un futuro de prosperidad y crecimiento.
En CTA, fuimos pioneros en la concienciación sobre la utilidad de esta herramienta de contratación pública y llevamos desde 2015 siendo muy activos en su divulgación y promoción. En la actualidad, son muchas las administraciones y organismos públicos que están activando este tipo de contratación. Desde CTA, hemos apoyado o asesorado procesos de CPI como el de la Consejería de Agricultura para aplicar TIC a la analítica agroalimentaria o el del Puerto de Algeciras para licitar un sistema predictivo de la operatividad con los buques. En estos momentos, estamos apoyando nuevos procesos de la Consejería de Fomento para electro-movilidad urbana y para viviendas sociales de consumo energético nulo.
Cualquier empresa puede participar en este tipo de procesos, pero lógicamente tienen más oportunidades las que hacen un esfuerzo sostenido de inversión en I+D porque pueden ofrecer mejores soluciones avanzadas. En los procesos de CPI siempre hay una primera etapa de consulta al mercado en la que la Administración determina las necesidades que tiene y entonces es cuando las empresas interesadas pueden sondear sus posibilidades.
La CPI puede aprovechar el enorme potencial de la contratación pública (más del 18% del PIB español) para modernizar las administraciones y los servicios al ciudadano al tiempo que se ayuda a las empresas a ser más competitivas mediante el desarrollo de productos y servicios innovadores. Es una vía perfecta para la colaboración público-privada en este proceso de reconstrucción ya que, a través de la CPI, las administraciones y organismos públicos pueden comprar productos y servicios que todavía no existen, pero que podrían desarrollarse en un plazo razonable. Existen grandes oportunidades en áreas como la salud, la obra pública, la educación o la e-Administración, entre otras muchas.
Además, la Comisión Europea está impulsando con fuerza esta herramienta y existen fondos públicos de origen europeo destinados a ayudar a las administraciones a articular nuevos procesos de CPI.
Sin duda, la capacidad de la CPI de promover así innovación en el tejido productivo es exponencial, por lo que animamos a las administraciones a utilizar esta herramienta de manera creciente. Por su parte, las empresas deben estar preparadas para participar y ganar en estos procesos y la mejor forma de hacerlo es una apuesta estable por la I+D+i alineada con sus objetivos de negocio.
Elías Atienza
Director General de CTA
Corporación Tecnológica de Andalucía