Los principales organismos internacionales coinciden en señalar que la pandemia de coronavirus ha provocado un shock sin precedentes en la historia reciente. El último informe de Perspectivas de la economía mundial, del Fondo Monetario Internacional (FMI), señala que el Producto Interior Bruto (PIB) mundial podría retroceder un 4,4% en 2020, una tasa similar a la prevista por la OCDE y que también supone una menor caída de lo previsto en junio, debido a una mejor evolución de lo previsto en el segundo trimestre, especialmente en las economías avanzadas, en las que la actividad comenzó a mejorar en mayo y junio, tras los confinamientos estrictos del mes de abril.

Estas proyecciones suponen que el distanciamiento social continuará en 2021 (el Fondo estima un crecimiento del 5,2%), aunque irá disminuyendo a medida que mejoren los tratamientos o se disponga de vacuna. En este sentido, la incertidumbre continúa siendo elevada, principalmente por la evolución de la pandemia y las medidas que puedan adoptarse, aunque también preocupa el posible daño sufrido por el potencial de oferta, que dependerá de la persistencia del shock y del alcance y eficacia de las políticas de respuesta. Sin embargo, en opinión del FMI, el avance en tratamientos o vacunas y la prolongación de las medidas fiscales podrían ayudar a retomar los niveles de actividad previos a la pandemia.

La economía española es la única, entre las principales economías avanzadas, para la que el FMI no ha revisado sus proyecciones, manteniendo la caída prevista del PIB para 2020 en el 12,8%. Las medidas implementadas para contener la propagación del virus están teniendo un mayor impacto en las ramas del sector servicios más dependientes de la interacción social, caso del comercio, la hostelería o las actividades recreativas y de ocio, de forma que aquellas economías más dependientes de este tipo de servicios están sufriendo con mayor intensidad los efectos de esta crisis, en comparación con aquellos países que tienen un mayor peso de la industria manufacturera.

Por el contrario, el crecimiento estimado por el Fondo para 2021 se ha revisado al alza en casi un punto porcentual, hasta el 7,2%, crecimiento que coincide con el presentado recientemente por el Gobierno, que ha revisado sus proyecciones. Sin embargo, para 2020 el Gobierno anticipa una caída algo menor, del 11,2%, lo que supone una revisión a la baja de 2 puntos porcentuales (p.p.) con relación a lo previsto en abril, debido a la debilidad del consumo y la inversión en el segundo trimestre, como consecuencia de las medidas de reducción de la movilidad. De cara al próximo año, el Gobierno estima que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la UE podría impulsar el crecimiento en más de 2 p.p., hasta el 9,8%.

Sin las medidas puestas en marcha para intentar mitigar el impacto de la crisis sobre los hogares y las empresas, la contracción de la producción y el empleo sería aún mayor, pero lógicamente estas medidas están provocando un fuerte repunte del déficit público y de la deuda. En concreto, el FMI estima que la deuda pública se aproxime al 100% del PIB a nivel global en este año, un máximo sin precedentes. Esta ratio podría superar el 125% del PIB en las economías avanzadas, aumentando en torno a 20 p.p. con relación a 2019, un aumento que en los casos de Italia o España se situaría próximo a los 30 puntos, estimando el Fondo que la deuda pública española alcance en 2020 el 123% del PIB, desde el 95,5% de 2019, ascendiendo el déficit hasta el 14,1% del PIB.

De hecho, los últimos datos publicados por el Banco de España señalan que la deuda de las Administraciones Públicas ha aumentado en casi 12 p.p. desde mediados de 2019, situándose al segundo trimestre de este año en el 110,1% del PIB, tras alcanzar los 1,29 billones de euros. Por su parte, la deuda consolidada de las empresas y hogares ha alcanzado los 1,65 billones de euros, lo que representa el 141,2% del PIB, casi 9 p.p. más que la ratio registrada un año antes, un repunte debido al aumento de la deuda y, en mayor medida, al descenso del PIB. Tanto la deuda de hogares como la de sociedades no financieras ha repuntado, especialmente esta última, hasta el 60,6% y 80,6% del PIB, respectivamente.

En el caso de la economía andaluza, se aprecia una trayectoria similar a la de la economía española en la primera mitad del año, con fuertes caídas de la actividad y el empleo. Tras los mínimos registrados en abril se ha observado una recuperación parcial de la actividad, mostrando la mayor parte de los indicadores crecimientos mensuales desde entonces, aunque los niveles de actividad siguen siendo muy inferiores a los del pasado año. Así, para el conjunto de 2020, Analistas Económicos de Andalucía estima un descenso del PIB andaluz entre el 11,7%, en el escenario más favorable, y el 13,9%, en el menos favorable, en tanto que en 2021 la economía podría crecer entre un 5,4% y un 6,7%, en el escenario más favorable. Asimismo, se prevé una caída del empleo entre el 5,5% y 8,1%, de modo que la tasa de paro alcanzaría en todo caso el 25% de la población activa, permaneciendo prácticamente estable en 2021, si bien en un escenario menos optimista la tasa podría situarse en el 26,5% en el promedio del año.

Felisa Becerra BenítezFelisa-Becerra-web

Analistas Económicos de Andalucía

www.analistaseconomicos.com

 

 

Artículo incluido en la edición de noviembre de Agenda de la Empresa