Durante el segundo trimestre se percibe un frenazo en la reducción de la tasa de morosidad

Axesor ha publicado su Boletín Trimestral de Morosidad PULSE correspondiente al tercer trimestre del año. El informe apunta un importante repunte de los concursos de acreedores en sectores estratégicos como el turismo, la automoción y el comercio de aquí a final de año. Todo ello, pese a la reciente moratoria aprobada por el Gobierno en materia de concursos de acreedores con el fin de evitar la quiebra definitiva de empresas solventes.

En términos de morosidad, si bien la ratio se situó a finales de julio en el 4,8%, lo que supone un descenso interanual del 9,28%, destaca el frenazo en la reducción de la tasa de morosidad. En poco más de un año, el ritmo de contracción ha caído tres puntos, desde el 10,6% de junio de 2019 al 7% de agosto. No obstante, el informe señala el “razonable” margen de seguridad con el que los bancos españoles se enfrentan al previsible incremento de la tasa de morosidad en los próximos meses.

Asimismo, PULSE confirma que el grifo del crédito continúa abierto. Hasta agosto el saldo de crédito vivo creció un 2,5%, hasta los 1.179,5 millones de euros, impulsado, entre otros, por las líneas de avales del ICO aprobadas por el Gobierno en marzo. Situación que es previsible que se extienda a lo largo del próximo año tras reciente la ampliación del plazo para la concesión los citados avales hasta el 30 de junio de 2021.

A este respecto, desde el Gabinete de Estudios Económicos de axesor señalan que el sector financiero va a tener un papel crucial en la recuperación de la actual crisis. Además, será el punto de apoyo para la transformación económica de los próximos años.

Respecto al sector inmobiliario y de la construcción, hasta finales junio el crédito promotor retrocedió un 3,8% en términos constantes, hasta situarse en los 109.359 millones de euros. En el caso de las hipotecas a particulares, el volumen concedido fue de 458.154,8 millones de euros constantes, un 1,7% menos interanual, ambas cifras un 21,5% y un 30,6% por debajo de los importes otorgados durante la crisis de 2008.

Datos que tienen su reflejo en la tasa de morosidad hipotecaria, también en niveles previos a la crisis del ‘ladrillo’. En los hogares, la ratio se sitúa en un reducido 3,42%, mientras que para el sector inmobiliario es del 6,28%.