O cómo evitar la sangría del desempleo

Estamos inmersos en momento de transición. Estamos repensando la economía y buscando estrategias, ideas, iniciativas y prácticas que funcionen como puente de reconversión que ayude a combatir los datos económicos que instituciones y entidades de toda índole vaticinan.

Según el FMI, España es el país desarrollado que más sufrirá el impacto económico del coronavirus con un desplome del 12,8% del PIB este año. Seremos el farolillo rojo de Europa, pero estas mismas previsiones también apuntan a que España es el país que más crecerá en 2021, concretamente un 7,2% (dos puntos por encima de la media de la eurozona, 5,2%). Pero, ¿y en materia de empleo? La tasa de desempleo española se mantendría en el 16,8% para el FMI, un dato que difiere del Gobierno, que lo sitúa en un 17,1% este año y un 16,9% en 2021.

¿Qué planes hay para evitar la sangría de empleos? Todos sabemos que los ERTE no son eternos y que hay que articular medidas de contención. Entre ellas, creo que es fundamental dar un paso al frente para apoyar la transformación de empresas en cooperativas y esto requiere, como primeras acciones, tanto educación económica de las partes implicadas en la negociación para evitar el cierre patronal y valorar la alternativa de dar el relevo a los trabajadores, como la adaptación de la legislación de la ley concursal para simplificar el proceso de transformación. Ya vimos muchos casos de éxito entre las más de 400 empresas que dieron el paso tras la crisis de 2008: los trabajadores cogieron las riendas para evitar el cierre y conservar sus empleos creando una cooperativa de trabajo.

Avanzar en colectivo para defender el trabajo es uno de los emblemas del cooperativismo y cada vez se está haciendo más patente que en el momento socioeconómico actual las cooperativas van a tener un papel activo como protagonistas de procesos de reestructuración y recuperación empresarial.

Frente a la amenaza común, las personas se unen y somos capaces de superar las barreras del individualismo para crear grupos de trabajo desde los que dar respuesta nuestras necesidades. Así lo subrayan diferentes intelectuales de la talla del economista francés Thomas Piketty en el manifiesto ‘Trabajo. Democratizar. Desmercantilizar. Descontaminar’, haciendo un llamamiento a la desmercantilización de las relaciones laborales y a promover la participación de los trabajadores en las empresas. Es así como funciona el modelo cooperativo y es así como se lo estamos transmitiendo a las administraciones competentes para que legislen en favor de la recuperación de empresas a través de cooperativas de trabajo. La crisis del COVID también nos está enseñando que las soluciones tienen que ser grupales y que pasan porque cada uno ponga su granito de arena para evitar que se agranden las desigualdades sociales.

 

Luis Miguel JuradoLuis Miguel Jurado WEB

Presidente de FAECTA y COCETA

@LuisMi_Jurado

 

Artículo incluido en la edición de diciembre de Agenda de la Empresa