Felisa Becerra BenítezFelisa-Becerra-web

Analistas Económicos de Andalucía

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A finales de 2019, los principales organismos internacionales coincidían en señalar que en 2020 la economía mundial crecería en torno a un 3%, pese a las tensiones comerciales y geopolíticas que habían debilitado el crecimiento a lo largo del año. Sin embargo, la irrupción de la COVID-19 a principios de 2020 ha provocado un drástico cambio en las perspectivas económicas.

La necesaria contención de los contagios y el intento de evitar el colapso de los sistemas de salud llevó a los gobiernos a adoptar medidas sin precedentes en la historia reciente, como la limitación de movimientos y confinamiento de la población en sus hogares y la paralización parcial o total de determinadas actividades productivas (en España se declaró el estado de alarma el 14 de marzo), lo que provocó una fuerte caída de la actividad en el segundo trimestre del año.

La evolución de la pandemia ha superado las peores previsiones y el impacto económico y social será mucho más intenso de lo que se preveía al inicio de la misma, un impacto que habría sido mayor sin las medidas puestas en marcha por los distintos gobiernos y organismos supranacionales para intentar mitigar las consecuencias de esta crisis. Aunque las expectativas han mejorado en el último tramo de 2020, como consecuencia principalmente de los avances en las vacunas, la recuperación de la actividad se habría frenado en el cuarto trimestre, a consecuencia de los rebrotes del virus, que están teniendo una mayor incidencia en Europa y América del Norte.

La OCDE señala en su último informe de Perspectivas Económicas que la actividad seguirá limitada y que el distanciamiento social y el cierre parcial de fronteras se mantendrán posiblemente a lo largo de la primera mitad de 2021, recuperando el pulso la economía a medida que las vacunas se apliquen en los distintos países. En concreto, la OCDE prevé un crecimiento de la economía mundial en 2021 ligeramente superior al 4%, tras descender en una cuantía similar en 2020. Este crecimiento podría ser más intenso con campañas de vacunación eficientes y cooperación entre países, pero también podría reducirse si surgiesen problemas en la distribución y eficacia de las vacunas.

El descenso previsto en 2020 será más intenso en la Zona Euro (superior al 7% según los principales organismos), estimando la Comisión Europea un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) del 4,2% para 2021. Esta trayectoria es generalizada por países, aunque se aprecian diferencias significativas, condicionadas por la propagación del virus, las medidas puestas en marcha para contenerla o la propia estructura productiva de las economías.

En este sentido, la economía española, con un mayor peso del sector turístico y de las actividades que requieren más interacción social, registrará en 2020 la mayor caída del PIB dentro de la UE, aunque también será una de las economías que más crezca en 2021, según las estimaciones de la Comisión. Cabe recordar que España es uno de los países, junto con Colombia, Grecia o México, que tiene un mayor porcentaje de ocupados (en torno al 18%) en sectores fuertemente afectados por esta crisis (alojamiento y restauración, transportes, actividades recreativas, otros servicios personales).

Las últimas proyecciones del Banco de España apuntan a una caída del PIB en 2020 entre el 10,7% y el 11,6% en función del escenario considerado, dependiendo del comportamiento de la pandemia en el corto plazo, las medidas para contenerla o la persistencia de los efectos de la crisis en el medio plazo. En todo caso, tras esta fuerte contracción, en 2021 se produciría una crecimiento relativamente intenso, entre el 4,2% en el escenario severo y el 8,6% en el suave, aunque sin llegar a recuperar los niveles previos a la crisis. Aunque los riesgos se han moderado, aún continúan orientados a la baja, por la posibilidad de una evolución epidemiológica más desfavorable y la incertidumbre en torno al impacto del programa de recuperación europeo (NextGenerationEU), el desenlace de las negociaciones del Brexit o la política exterior de la nueva Administración en EE. UU.

La economía andaluza mantiene una trayectoria muy similar a la española, si bien hasta septiembre de 2020 la caída del PIB ha sido algo inferior (en ambos casos supera el 10%). El mayor peso en la estructura productiva andaluza del sector agrario o los servicios de no mercado -algo más de una cuarta parte del Valor Añadido Bruto regional- explicaría esta caída algo más moderada. Precisamente, estas ramas de actividad son las únicas, junto con las actividades financieras y de seguros, que han registrado un crecimiento del valor añadido en el tercer trimestre, con relación a 2019, mientras que en las actividades artísticas y recreativas, así como en el comercio, transporte y hostelería las caídas aún superan el 20%.

El turismo, que supone en Andalucía alrededor del 13% del PIB, es uno de los sectores más afectados por la pandemia. Hasta octubre de 2020, la región andaluza apenas ha recibido una cuarta parte de los turistas internacionales que en el mismo periodo de 2019, siendo algo más moderada la caída de la demanda nacional. De hecho, Andalucía ha sido la Comunidad Autónoma que ha registrado más pernoctaciones de residentes hasta octubre (el 23% del total nacional). Aunque para 2021 se espera una recuperación paulatina de los movimientos turísticos, es previsible que los niveles de actividad continúen aún bastante por debajo de los alcanzados en 2019.

Según las últimas estimaciones de FUNCAS, las Comunidades Autónomas con un mayor peso de los sectores más afectados por la pandemia (hostelería, comercio, transporte, actividades artísticas y culturales, industria del automóvil y textil) serán las que registren una mayor caída del PIB en 2020, aunque también serán las que experimenten un mayor repunte en 2021, debido a la recuperación de la actividad desde unos niveles extremadamente bajos en 2020. Por su parte, aquellas CC. AA. con mayor peso del sector agrario y los servicios de no mercado sufrirían un impacto algo menor.

La escasa información mensual disponible referida al cuarto trimestre parece anticipar una nueva caída del PIB andaluz en el último trimestre de 2020, teniendo en cuenta las nuevas restricciones adoptadas para intentar contener la epidemia. En todo caso, según estimaciones de Analistas Económicos de Andalucía, la caída de la producción en el conjunto de 2020 será superior al 11%, en tanto que para 2021 se espera un crecimiento del 6,7%, acompañado de un repunte del empleo, si bien no puede descartarse que la reactivación económica sea algo más lenta. La incertidumbre continúa siendo muy elevada y la disponibilidad y eficacia de las vacunas condicionan, en gran medida, estas proyecciones.