Oriol Carreras Baquer Doble WEB opinion caixabank

y Javier Garcia-Arenas

Economistas de CaixaBank Research

 

El 2021 será un año aún dominado por la pandemia, aunque se espera que sea el año en el que la economía española inicie un intenso proceso de recuperación. Es probable que las medidas que se han tenido que tomar a finales de 2020 para combatir la segunda oleada de contagios tengan cierta continuidad en los primeros meses de 2021. Sin embargo, confiamos en que la disponibilidad de una vacuna en los próximos meses, junto con un uso más intensivo de test rápidos, permitirá mantener la pandemia bajo control sin tener que recurrir a medidas tan restrictivas como las impuestas hasta ahora. En este sentido, prevemos que el avance de la actividad coja vigor a partir del segundo trimestre, cuando los colectivos de mayor riesgo ya deberían estar inmunizados, y la movilidad internacional pueda recuperarse con más fuerza, con el consiguiente impacto positivo para el turismo.

En su conjunto, prevemos que el crecimiento de la economía en 2021 se emplace en torno al 6,0%. Si ponemos el foco en Andalucía, la perspectiva de crecimiento para 2021 es del 5,0%. Esta cifra, algo menor que la del conjunto del país, se debe a que el retroceso de la actividad en 2020 en Andalucía ha sido menor que la de del conjunto de España y, por tanto, el efecto rebote en 2021 también será más contenido. Con todo, a pesar del elevado ritmo de recuperación, prevemos que tanto la economía del conjunto del país, como la de Andalucía, se sitúen en 2021 un 6,2% por debajo del nivel de PIB pre-crisis.

Las cicatrices económicas de la COVID-19. La economía se recuperará en los próximos años, pero dejará algunas cicatrices importantes. Por ello, será indispensable realizar las políticas económicas adecuadas para que estas cicatrices se puedan cerrar en el menor tiempo posible.

El mercado laboral se irá recuperando en 2021, aunque las políticas en el ámbito laboral deberán acompañar dicha recuperación para evitar que los sectores más afectados por la pandemia -turismo, ocio y hostelería- salgan con cicatrices profundas. Así, los ERTE todavía serán una herramienta importante en la primera mitad de 2021 aunque de forma selectiva y temporal.

Otra cicatriz que habría que cerrar de forma rápida es el aumento de la desigualdad. Las consecuencias sociales de las crisis tardan tiempo en aflorar: el porcentaje de la población en riesgo de pobreza en España aumentó entre 2013 y 2015, justo cuando lo peor de la anterior crisis ya había pasado y la economía ya encaraba una incipiente recuperación. De ahí la importancia de continuar desarrollando políticas inclusivas -en 2020 el aumento del índice de Gini entre febrero y septiembre fue de 2 puntos teniendo en cuenta las transferencias del sector público, aunque hubiera sido de 4 puntos en su ausencia, según el monitor de desigualdad de CaixaBank Research- que permitan que la recuperación llegue a todo el mundo(1).

Finalmente, 2021 será también un año importante para nuestro tejido productivo. Es importante que las empresas españolas salgan fuertes de esta pandemia de forma generalizada. Para ello habrá que compaginar el alivio financiero a las empresas viables más afectadas para que su solvencia no se deteriore -por ejemplo, vía recapitalizaciones y ayudas directas- junto con políticas estructurales que adapten el tejido productivo a un mundo post-pandemia más digital y verde.

La esperanza de los fondos europeos NGEU. El Fondo de Recuperación Europeo, Next Generation EU (NGEU), representará una oportunidad única para modernizar la economía española y aumentar su crecimiento potencial. En 2021 España presentará su Plan de Recuperación a la Comisión Europea y, tras su previsible aprobación a mediados de año, empezará a recibir fondos que totalizarán unos 72.000 millones de euros en transferencias no reembolsables entre 2021 y 2026.

Se trata de una cantidad muy elevada y es clave que se aproveche para diseñar un plan de inversiones inteligente, centrado en las infraestructuras y las transiciones verde y digital, acompañado de reformas que aborden los retos estructurales de la economía (temporalidad del mercado laboral, educación y FP, innovación…).

Según nuestras estimaciones, basadas en supuestos muy conservadores (el gobierno ejecuta tan solo la mitad de los fondos contemplados en el presupuesto), la contribución del NGEU al PIB en 2021 sería de 1,0 p.p. En definitiva, los fondos europeos son la piedra angular para que en 2021 las políticas económicas impulsen el crecimiento económico.

(1) El aumento del índice de Gini entre febrero y septiembre en Andalucía fue de 1,8 puntos teniendo en cuenta las transferencias del sector público, y de 3,3 puntos en su ausencia.