Carlos Ortiz Beviá Carlos Ortiz Beviá WEB opinion

Presidente

AIQBE

 

Cuando dejamos atrás un año que, sin duda, quedará grabado en la memoria colectiva, desde todos los ámbitos sociales se mira con esperanza y precaución la apertura de un nuevo ejercicio llamado a devolver al mundo a la senda del desarrollo social, sostenible y económico. La crisis global provocada por la expansión del Coronavirus ha llevado a reconsiderar los diferentes modelos económicos y sociales, el modo en que producimos y nos relacionamos entre nosotros y dentro de nuestro entorno, y ha puesto de relieve algunas certezas, retos y oportunidades.

Una de las conclusiones más destacables que podemos extraer es el papel esencial de la industria como motor de ese desarrollo económico y social, contribuyendo a la producción de materiales empleados en los sectores energéticos, sanitarios o agroalimentarios, entre muchos otros. De este modo, ha quedado patente que aquellos territorios que gozan de una industria fuerte no solo han sufrido menos los efectos de la pandemia, sino que son candidatos a ser los primeros en recuperarse de este trance.

Tomando esta certeza como punto referencia, se abre para nuestro sector el reto de redoblar la apuesta por el uso de energías renovables, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcados por las Naciones Unidas en la Agenda 2030; un camino en el que la industria llevaba décadas avanzando y que la pandemia ha acelerado.

Para ello resulta esencial aprovechar el plan de reconstrucción New Generation lanzado por la Unión Europea, que con una dotación de 140.000 millones de euros destinados a España tiene como objetivo impulsar proyectos de infraestructuras alineados con el Pacto Verde, una estrategia ambiciosa para avanzar en la descarbonización de la economía y poner a la comunidad en la senda de la eficiencia y la tecnología.

Un futuro en el que Huelva y su provincia están llamadas a posicionarse como uno de los referentes en materia de sostenibilidad, acometiendo proyectos innovadores, apostando por las energías renovables, la transición energética, la innovación y la modernización y digitalización del tejido industrial.

Prueba de ello son los proyectos industriales Enagás y el Puerto de Huelva, para el aprovechamiento del frío generado en la vaporización del gas natural, para la construcción y explotación del Hub del Frío; la construcción y proyección de tres plantas solares fotovoltaicas por parte de la compañía Alter Enersun, que situará a la provincia a la cabeza de las energías renovables; la iniciativa de Iberdrola y Fertiberia para la producción de hidrógeno verde en Palos de la Frontera, o los nuevos proyectos de Atlantic Copper.

Alineados con los acuerdos de la Comisión Europea para la reducción de los gases de efecto invernadero en al menos un 55% en el 2030 y el objetivo de descarbonización en 2050, las plantas industriales de Hueva han realizado una gran labor de forma continua de ahorro energético, logrando una importante disminución de sus emisiones de CO2. Todo ello, en gran medida, mediante la gestión energética de sus operaciones industriales, aplicando los procedimientos más avanzados y certificándolos en base a la norma ISO 50.001.

El futuro verde de Europa pasa por la senda de cambiar nuestro entorno más inmediato. Las empresas que componen el tejido industrial onubense saben que no hay otro camino para cambiar el mundo que comenzar por lo que está en nuestras manos, asumiendo responsabilidades, y desde AIQBE hacemos propio este compromiso, aceptando el reto añadido de contribuir a que Huelva se erija en modelo de industria responsable y sostenible, orientada hacia la neutralidad climática y el liderazgo digital, actuando como motor de cambio e innovación desde Andalucía.